Un «olivo japonés» en forma de restaurante sito en Chueca: Oribu

La verdad es que cuando Oriente y Occidente confluyen en un barrio cosmopolita como este del centro de Madrid, surgen ideas, sí, como ésta de ponerle a un restaurante el nombre de un fruto tan mediterráneo como es la oliva… pero en japonés. Una declaración de intenciones que se refleja en su carta. Veamos cómo.

Pero que el nombre no lleve a engaños ni encasillamientos… Es verdad que su base es asiática, revestida con técnicas e ingredientes del Lejano Oriente, pero también hay toques de América, y, naturalmente, españoles. En suma, una deliciosa mezcla que aporta un plus al término ‘fusión’.

Así que se puede decir que Oribu es un engranaje perfecto formado por dos piezas: Iván Zhan y Armando Justo. El primero es un empresario madrileño de origen chino con amplia trayectoria familiar en hostelería, que se ha empapado de gastronomía a lo largo y ancho del mundo y que tiene además la capacidad de dar forma y combinar con acierto todo lo aprendido. El segundo, más conocido en el sector como A.J., volvió hace unos meses a su Madrid natal tras catorce años viajando y trabajando en el extranjero. Abrió cuatro restaurantes en San Francisco, otro más en Los Ángeles e incluso su propio izakaya (bar-restaurante a la japonesa), y además fue chef ejecutivo en Google Inc.. A.J. llega a Oribu para ejecutar las ideas de Zhan y aportar su bagaje sobre esta cocina que domina y le apasiona.

El restaurante, que acaba de cumplir tres años, ofrece una carta diferente a la norma, que no se divide por ‘fases’, sino que se puede alternar y comer en cualquier orden y sobre todo, que es muy apetecible para compartir y picar. Oribu pretende darle otro matiz al término ‘fusión’, ir un paso más allá… Se trata de una cocina con base japo-asiática, y específicamente con toques chinos y del sudeste asiático, junto con influencias peruanas, mexicanas, etc. y un trasfondo de técnicas mediterráneas que asoma en creaciones tan completas y complejas como los tacos japo-gaditanos de camarones, wakame-guacamole y wasabi-crema. Otros que no dejan indiferente son el okonomiyaki de cangrejo soft shell en tempura crujiente, huevo frito y salsa japo, o el tataki de pez mantequilla, soja dulce encebollada y jalapeño oroshi.

En su carta, que varía cada tres meses, destacan dos apartados de preparaciones especiales y poco convencionales: ‘Vapor (Oribu style)’, con platos como dim sum de ternera lechal y puerro, caldo de phó y guarniciones viet, el jiaozi de pato y boletus, escalope de foie a la plancha y hongos enoki o el dim sum de rabo de toro, crema de patata trufada, setas y reducción de Oporto; y en su ‘robata grill & plancha teppan’, donde elaboran desde zamburiñas del Pacífico al carbón, sofrito clásico, flor de wasabi e ikura, hasta rodaballo hirame age, momiji oroshi, cebolleta china y nori tostado, magret entero de pato estilo Negima, curado con sake y romero nuta miso a la miel e incluyendo por ejemplo un espeto de atún rojo al estilo Goma-Ae, kimchi koreano y wakame o una presa ibérica al carbón, dulce de mostaza-saikyo miso y chimichurri sureño.

A.J. ha aportado además una especialidad que ya empieza a cobrar fama en la capital: su exquisito ramen, del que acaban de celebrar las primeras Jornadas ‘Ramen Week’, y que pronto repetirán. Esta contundente sopa oriental también se ofrece a mediodía en su menú de lunes a viernes.

El local está dividido en tres alturas y varios ambientes. Se trata de zonas con una sutil decoración, mesas altas y bajas, con alacenas y vajillas al aire, paredes con ladrillo visto y un rincón muy ‘casero’ a modo de semi reservado en la planta baja, con sofás Chester, chimenea, alfombra y una televisión. Reseñable también el patio con un olivo, como el que da nombre al lugar. A la entrada, recibe una amplia barra adecuada para disfrutar de vinos o cavas, de cervezas nacionales, belgas o japonesas y de los divertidos cócteles, muchos de ellos combinados con alguno de sus sakes.

Oribu tiene capacidad para unas 130 personas. El precio medio es de 35 € y su menú, disponible de lunes a viernes a mediodía, tiene un precio de 12 € con varios primeros y segundos a elegir, bebida y postre o café incluidos. La opción de ramen cuesta 15 €. Dan desayunos desde las 8:30 horas y la cocina cierra entre el turno de comida y cena. Los horarios concretos están disponibles en su web. Los lunes por la noche permanece cerrado por descanso.

Oribu
c/Barquillo, 10
Madrid
Teléfono: 91 524 03 17
Página web: www.oribugastrobar.com

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Autor

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

Juan Luis Recio

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