Las peores dietas que se pueden seguir este año para adelgazar

Se las decimos para recomendarles que no las hagan, ya que los expertos del IMEO han lanzado la tercera edición de la clasificación Top 5 de las dietas más y menos indicadas para perder peso valorando equilibrio nutricional, posible efecto rebote y cómo influye en la salud a corto y largo plaz. Hoy les decimos las malas, las que no son recomendables, pero no se apuren porque mañana les diremos cuáles son las que además de funcionar no perjudican su salud, sino al contrario.

Pue sí, como les decía, por tercer año consecutivo el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) lanzó este año una clasificación con las diez dietas más populares que han cobrado protagonismo en España durante el año pasado, dejando claro que no todo lo que está de moda vale. En dos listas independientes, en orden descendente de uno a cinco, IMEO apostilla las mejores y peores dietas que fluyen en la actualidad entre los que buscan desprenderse a toda costa de «los odiosos kilos de más», recordando que lo primero es la salud y la mejoría de los hábitos de vida saludables a largo plazo.

La verdad es que hay mucha confusión en este tema, ya que a fecha de hoy hay más de 150 métodos de adelgazar con nombre propio y cada año surgen nuevos, sean de autor o impulsados por celebrities. Una vez dejadas atrás las comilonas del fin de año, durante esta primera parte del año ha resurgido el tema con el boom de las dietas milagro. Porque adelgazar es propósito capital en la agenda cuando empieza el año. Lo confirma Google, el buscador más popular, que ha registrado para el 2015 cuatro millones de búsquedas en la Red correspondientes a este término. Lamentablemente, su última clasificación recoge únicamente las dietas que se han hecho famosas en Estados Unidos y Canadá, desconocidas en su mayoría en el viejo continente. Lo mismo sucede con la publicación U.S. News & World Report que puntúa las dietas más destacadas en este país transatlántico, patrocinadas por organismos médicos y estatales, eminencias universitarias locales y plataformas comerciales, y que es de difícil acceso para los españoles y también lejos de su realidad.

El presente Ranking Top 5 del IMEO es un trabajo conjunto, respaldado por más de 20 expertos en obesidad y cuidado de la salud, entre ellos médicos, nutricionistas, psicólogos, naturópatas y cirujanos. «Nuestro objetivo es ayudar a quienes se plantean ponerse a régimen escoger el plan más adecuado, sin caer en la trampa de las dietas milagro», explica Rubén Bravo, experto en nutrición y portavoz del Instituto. Estas dietas se han clasificados como malas y no recomendables porque son demasiado restrictivas e incompatibles con la vida social habitual. Prometen perder mucho peso en poco tiempo. Carecen de sustento científico y a menudo recurren a productos naturales atribuyéndoles poderes milagrosos. Dejan profunda huella en la salud: múltiples efectos secundarios y un posterior efecto rebote. Son insostenibles a largo plazo y totalmente desaconsejadas para lograr una pérdida de peso saludable.

Y ahora pasemos a describirlas en este curioso ranking:

1. Las monodietas a base de sirope de savia, limón, manzana o piña.
Pese a su aparente variedad, parten del mismo principio: basar la alimentación durante un tiempo determinado en un sólo producto. Ocupan el primer puesto en el Top 5 de IMEO con las peores dietas para perder peso por ser extremadamente restrictivas en calorías, muy desequilibradas y con garantizado efecto rebote. La dieta de sirope de savia, por ejemplo, desatiende por completo las necesidades del organismo humano y está totalmente contraindicada para adolescentes, persona en edad de crecimiento o tercera edad. La dieta del limón a menudo es utilizada «para bajar una talla de pantalón en una semana», pero ¡a qué precio! Consumir en exceso un ácido tan potente es perjudicial y obliga a nuestro organismo a utilizar sus sistemas de compensación consumiendo muchos oligoelementos. Su carencia puede conducir a la aparición de enfermedades como diabetes, hipertensión y anemia, entre otras. La recuperación de los kilos perdidos es casi asegurada y la dieta es especialmente contraindicada en personas con problemas de reflujo, acidez de estómago, ácido úrico elevado o estreñimiento. Las dietas de la manzana y de la piña se han hecho especialmente populares tras los excesos navideños por sus propiedades diuréticas y depurativas. «Son frutas que no contienen proteínas, por lo que a la hora de perder peso principalmente eliminaremos masa muscular y cuándo terminemos la dieta volveremos a recuperar el peso con gran facilidad”, apunta Estefanía Ramo, nutricionista dietista del IMEO y añade que son dietas especialmente contraindicadas en las mujeres con menopausia.

2. Dieta de las 500 Kcal.
Es otra de las dietas milagro o de choque que abundan en la actualidad, y consiste en hacer un par de días de ayuno a la semana, consumiendo un máximo de 500 Kcal y en muchos casos se recurre a sustitutos de comidas como barritas o batidos que no contribuyen a la constitución de unos correctos hábitos alimenticios. Por regla general, subrayan desde IMEO, ninguna dieta debería ser inferior a las 800 Kcal diarias. Con una ingesta tan inferior sería fácil perder entre 2 y 3 kilos a la semana, pero los «beneficios» acaban ahí. La insuficiente cantidad de proteínas se verá reflejada en la pérdida principalmente de masa muscular. Mientras que los riesgos asumidos por quienes la siguen son numerosos: deficiencias nutricionales de mayor o menor gravedad entre las que destacan la anemia o la osteoporosis, falta de vitalidad, fatiga muscular, problemas en la piel a corto plazo, desórdenes alimentarios, ansiedad y sensación de hambre constante, además de un efecto yo-yo asegurado a la larga.

3. Dieta de los sobres proteinados.
Se trata de un tipo de dieta de procedencia francesa que se divide en fases, de 4 a 7 según el laboratorio. Utiliza como base alimenticia sobres y preparados proteicos como sustitución de comidas. Busca principalmente someter al individuo a cetosis, provocada por el uso de la grasa corporal como fuente de energía al ser radicalmente disminuidos los niveles glúcidos. Las primeras fases permiten tan sólo la ingesta de cantidades limitadas de verdura, con escasas grasas y un suplemento proteico por comida. No es una dieta equilibrada y el hecho de reemplazar los alimentos cotidianos por preparados proteicos la hace insostenible en el tiempo. «La práctica nos indica que la severa restricción calórica favorece el efecto rebote y el aumento metabólico del cortisol (hormona del estrés) en la gran mayoría de los pacientes», subraya Rubén Bravo.

4. Dieta de los zumos multivitamínicos.
La dieta de los zumos o smoothies se diseña a base de bebidas compuestas principalmente de frutas, verduras y hortalizas, vitaminas y minerales, pero reducidas en proteínas y grasas, por lo que es un planteamiento incompleto e insostenible en el tiempo, con riesgos de perder masa muscular y provocar una hipervitaminosis. «Los preparados multivitamínicos no son una comida líquida para adelgazar, ni cumplen con los requerimientos nutricionales y proteicos de una comida principal», recuerda Bravo. Al ingerir la fruta y verdura trituradas omitimos la masticación y la insalivación, una parte del proceso digestivo que puede influir en el efecto de saciedad y acentuar la sensación de hambre. Por tanto, una dieta de este tipo nunca debería durar más de 48 horas.

5. Dieta de cero carbohidratos.
La dieta cero carbohidratos que ha cobrado especial fuerza en EE.UU. no es más que una evolución de la ya conocida dieta cetogénica, conocida en España con el nombre de Dukan. Su principal ventaja está en la rapidez con la que se pierde peso. «Al no introducir hidratos de carbono (cereales, legumbres, vegetales y fruta), que son nuestra principal fuente de energía, se obliga al organismo, que no dispone de glucosa suficiente en la sangre, a agotar las reservas de glucógeno en hígado y músculo», explica la nutricionista Andrea Marqués. Es entonces cuando, por falta de opción, se empieza a utilizar la grasa como combustible, transformada en cuerpos cetónicos. El problema ocurre cuando la cetosis no se controla correctamente y las cetonas empiezan a dañar la masa muscular y a provocar otras alteraciones a nivel orgánico. Seguir esta dieta puede provocar a corto plazo mareo y dolor de cabeza, ya que nuestro cerebro necesita energía en forma de glucosa para funcionar; mal olor de aliento, orina y sudor debido al exceso de cuerpos cetónicos eliminados por estas vías de excreción, y estreñimiento severo, por la carencia de fibra. Si mantenemos esta dieta a medio o largo plazo sin la supervisión de un profesional de la nutrición que nos indique qué precauciones debemos tomar, las consecuencias pueden ser aún más perjudiciales. Desde pérdidas de calcio a nivel renal por el exceso de proteína y por tanto, descalcificación ósea, pasando por pérdida notable de masa muscular, ya que también se usan los aminoácidos del músculo como fuente de energía y hasta arritmias por alteraciones en los sistemas de conducción cardiaca.

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Autor

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

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