La dieta del vino tinto y el jamón ibérico

El vino tinto y el jamón ibérico protagonizan esta ‘dieta delicatessen’ desarrollada por el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) que permite perder una media de 5 Kg en un mes, de forma saludable, complaciendo tanto al paladar como al corazón.

Partamos de la base de que cada español consume al año cerca de 3,2 kg de jamón, siendo la mayor demanda dentro del hogar (un 76% del total), según un informe del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Y por otro que al año los españoles toman una media de 21 litros de vino por persona, según estima la Federación Española del Vino (FEV).

Y si hablamos del vino y el jamón, su maridaje es tan remoto como su existencia y tiene fundamento en la creencia de que acompañar con un tinto de barril la carne de cerdo se realza el sabor del plato. También hay quienes creen que tomar la copa con un taco de queso impide sentir el sabor del elixir, o incluso puede ‘tapar’ una deficiente calidad. Sea cual sea la preferencia y el aperitivo, hay un acierto: pese a la crisis, los españoles no hemos dejado de consumir estas dos delicatesen, aunque lo hacemos cada vez más en casa. Estudios recientes atribuyen por persona y año una media de 3,2 kilos de jamón y 21 litros de vino.

Las bebidas alcohólicas y los productos de porcino generalmente son desaconsejados en las dietas indicadas para perder peso, pero ¿incluye esta regla el vino tinto y el jamón ibérico? Tras estudiar el tema a fondo desde un punto de vista médico nutricional, el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) ha concluido que tomadas con moderación y dentro de una tabla de alimentos compatibles, estos dos productos delicatessen pueden complacer no sólo nuestras papilas gustativas, sino también al corazón por su efecto cardioprotector. «Nuestro equipo de especialistas no se limita a pregonar las bondades del vino y el jamón, sino va más allá, desarrollando una dieta hipocalórica basada en su consumo diario, y además rica en frutas, verduras y proteínas saludables», según comunica Rubén Bravo, portavoz del Instituto. Se ha comprobado que la prohibición de comer ciertos alimentos presentes en los actos sociales –aquí suele entrar lo que más suele gustar, como carnes rojas, pan, bebidas que contienen alcohol, dulces o aperitivos- casi siempre conlleva al rechazo de la dieta, a su pronto abandono o a un posterior efecto rebote. En cambio, si se sigue un régimen que gusta y no aburre donde la comida es variada y destaca por su sabor, textura, aspecto, olor, permitiendo disfrutar de nuestra vida social, es mucho más probable que ésta se lleve a cabo con éxito.

Los amantes del vino y el jamón pueden descargar de forma gratuita los primeros 7 días de esta original y saludable dieta desde la página web del IMEO.

Por otro lado, conviene saber que parece demostrado que tomar vino tinto con moderación puede reducir considerablemente el riesgo de enfermedad coronaria, arterioesclerosis, Alzhéimer o demencia senil. Su consumo durante miles de años le ha atribuido los efectos de elixir de larga vida, gracias a su capacidad de retrasar el envejecimiento celular del organismo. Según ciertos estudios, 9 de cada 10 españoles acostumbran a comer jamón en el hogar. Los momentos de consumo más habituales para este producto son el aperitivo y la cena, ya que suele asociarse a un entorno distendido, como “ir de tapas” o atribuir a las comidas y cenas «más nivel». Unas cuantas lonchas al día de este producto sería la fuente perfecta de hierro y vitaminas del grupo B, tan necesarias para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y el cerebro, y para mantener la masa muscular sin carencias en aminoácidos esenciales. Además, el perfil lipídico del jamón ibérico destaca por su bajo contenido en grasas saturadas y un alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados, como el ácido oleico, también beneficioso para nuestra salud cardiovascular. El jamón de bellota es la mejor opción entre los ibéricos, ya que es un alimento bajo en grasas insaludables, con un complejo vitamínico muy elevado y con un 50 por ciento más de proteínas de alta biodisponibilidad que el resto de carnes frescas.

La dieta del vino tinto y el jamón ibérico es una dieta diseñada para perder entre 4 y 6 Kg en 4 semanas, dando instrucciones nutricionales individuales para mujeres, hombres o deportistas. Todos los días durante las 4 semanas de la dieta se incluye el vino tinto y el jamón ibérico, al mismo tiempo que una gran variedad de alimentos nacionales preparados, en su mayoría, de manera tradicional. El desayuno en un régimen es tan importante como necesario y no conviene omitirlo, ya que nos proporciona energía suficiente para empezar el día con buen pie. Hay que tener en cuenta que los ingredientes y la cantidad varían en función del sexo y la condición física de la persona y no es lo mismo si se toma por una mujer sedentaria o una deportista. Eso sí, en la mesa no puede faltar el pan y el jamón, ni la fruta. El café siempre se toma sólo o con leche desnatada. Por regla general en esta dieta se evitan el plátano, el mango y el melón, porque aportan más calorías por 100 gramos que la mayoría de las frutas. A cambio, son especialmente recomendadas la manzana, la naranja, la pera, las fresas o el melocotón. A la hora de la comida no puede faltar la verdura, ya sea en forma de ensalada o puré, rehogada o al horno. El plato principal consiste en pescado o carne, de lo más variado: salmón, anchoas, rape, merluza, sepia, almejas, bacalao, atún, pollo, pavo, conejo, ternera y solomillo de buey o carne magra de cerdo. Se aconseja evitar el pan en la comida y cena. Este alimento queda reservado para el desayuno. Para beber, agua sin límite en la cantidad y vino. El patrón de consumo diario recomendado de tinto es de una copa de 150 ml en el caso de las mujeres y hasta 2 copas de la misma cantidad en los hombres, repartida en la comida y la cena. En la cena no puede faltar el caldo (de puchero, de verdura o pollo), dos lonchas de jamón ibérico (unas 15 gr. cada una) y una cantidad determinada (80-150gr según indica la tabla) de carne (pollo, pavo, cerdo o ternera) o pescado/marisco (emperador, boquerones, sardinas, melva, ventresca de bonito, atún, palitos de cangrejo, mejillones, pulpo, sepia). Para finalizar el día los expertos del IMEO sugieren tomarse una onza de chocolate negro puro (sin leche, ni azúcar), ya que sólo así podemos beneficiarnos de su efecto antioxidante y anti arteriosclerosis. Descafeinado con leche, yogur y dos nueces son el compuesto perfecto de la merienda. Los lácteos en esta dieta siempre son desnatados (0% grasa).

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Autor

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

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