¿Qué piensan los españoles sobre alimentos y bebidas?

¿Se practica una comunicación responsable cuando hablamos de estos temas? Para tratar de dar respuesta a estas preguntas, podemos empezar informando de que la FAPE, es decir, la Federación de Asociaciones de Prensa de España se ha adherido al Manifiesto ANISFIAB por una comunicación responsable. Y como muestra algún dato, como que sólo el 38% de los consumidores modifica sus pautas de consumo ante noticias negativas aparecidas en los medios de comunicación.

Para tratar de centrar el tema, de entrada les puedo contar que el estudio “Alimentos y Bebidas, qué piensan los españoles?” pone de manifiesto que, aunque la mayoría de los consumidores muestran una posición neutra ante noticias negativas sobre alimentación (48,7%), son más los que les otorgan credibilidad (39%), frente a los que no (10%). Y el otro dato relevante es que tras la presentación del estudio, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) se ha unido al manifiesto impulsado el año pasado por FIAB y la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) en defensa de una comunicación responsable en Alimentación y Salud.

Con estos puntos de partida, entramos de lleno en el desarrollo del tema. En relación con el estudio (al final tienen el Manifiesto), debemos saber que la información sobre alimentación y salud ocupa un destacado lugar en los medios de comunicación. Sobre todo si tenemos en cuenta que la alimentación es una de las principales fuentes para la creación de bulos y mitos, especialmente en Internet y las redes sociales. Según se extrae del estudio “Alimentos y Bebidas, ¿qué piensan los españoles”, impulsado por MyWord, empresa de investigación social avanzada, y que ha contado con el apoyo de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), el 49% de los consumidores muestran una posición neutra ante noticias negativas sobre alimentación. El 38%, por su parte, modifica su consumo ante esas mismas noticias sin buscar información adicional.

Y como les decía arriba, el estudio ha sido presentado aprovechando la adhesión de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) al manifiesto impulsado el año pasado por FIAB y la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) en defensa de una comunicación responsable en Alimentación y Salud.

Dados los resultados de la citada investigación y convencidos de la importancia de que las noticias que llegan a los ciudadanos sean veraces, ANIS y FIAB decidieron recoger en el “Manifiesto por una comunicación responsable en Alimentación y Salud”, al que se ha adherido la FAPE, las recomendaciones a seguir en esta materia tanto para los periodistas como para sus fuentes. El documento, elaborado y consensuado con un grupo destacado de profesionales expertos en información de salud, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, defiende la importancia de la evidencia científica, la transparencia, las fuentes válidas de información, el uso responsable de Internet, la corresponsabilidad, la veracidad y la objetividad en todas las informaciones que se publiquen en torno a la alimentación.

Para ANIS y FIAB, el papel del periodista cobra una gran importancia en la información que manejan los consumidores respecto a alimentación y salud, ya que los datos que difunde influyen de forma directa en los hábitos de consumo de los ciudadanos, modificándolos sin que en la mayoría de los casos exista mediación de otros prescriptores (cómo sí sucede en las cuestiones médicas, donde los ciudadanos acuden por regla general a los profesionales de la salud). La desinformación en nutrición supone un riesgo para la salud, teniendo un coste social, económico y personal.

El estudio presentado también pone de manifiesto que, aunque la mayoría de los consumidores muestran una posición neutra ante noticias negativas sobre alimentación (48,7%), son más los que les otorgan credibilidad (39%), frente a los que no (10%). Los encuestados declararon que las noticias positivas sobre alimentos y bebidas en medios son más frecuentes que las negativas, y se difundían en mayor medida en televisión (73,7%) que en Internet (36,2%). Además, el número de medios en los que se han visto las noticias negativas influye en la credibilidad que se le otorga: cuantos más medios, más credibilidad y más difusión en el entorno del consumidor.

Por otra parte, tal como se extrae de las conclusiones del estudio, los españoles son conscientes de la importancia del sector alimentario, al que sitúan como el segundo más relevante en el conjunto de la economía española, por detrás del turismo. Además, el 85% de los entrevistados cree que la industria alimentaria es muy o bastante importante como sector económico para el futuro de nuestro país. En este sentido, nueve de cada diez encuestados afirma sentirse orgulloso de los productos alimentarios españoles y el 93% cree que los productos alimentarios contribuyen de forma positiva a la imagen de España en otros países.

Los resultados van en línea con los objetivos del Marco Estratégico para la Industria de la Alimentación y Bebidas, que con un horizonte a 2020 busca convertirse en la locomotora de la economía española y convertir al sector en el principal activo de nuestro país.

La Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), integrada por 47 asociaciones miembro, representa a través de un único organismo y una sola voz a la industria española de alimentación y bebidas, primer sector industrial de nuestro país, que tiene como misión ser la locomotora de la economía, el empleo y la imagen de España, siendo competitiva en cualquier mercado global, atrayendo el mejor talento, y basada en su seguridad, calidad y desarrollo científico y tecnológico.

Y ahora, como anunciábamos, veamos el texto completo del Manifiesto:

1. INFORMACIÓN DE INTERÉS PÚBLICO. Las noticias sobre alimentación y salud tienen una influencia directa en las decisiones de los ciudadanos y en sus hábitos de alimentación. En consecuencia, es nuestra responsabilidad ofrecer el máximo rigor, objetividad y evidencia científica como principios básicos que rijan nuestro trabajo.

2. ALIMENTACIÓN, ESTILO DE VIDA Y SALUD. La alimentación es un factor más, aunque muy relevante, dentro de lo que se define como un estilo de vida saludable. Cuando informamos sobre alimentación y salud, debemos tener en cuenta que no existen alimentos buenos ni malos, sino una dieta adecuada o inadecuada, y que esta debe estar combinada con la práctica de una actividad física regular. Además, es importante señalar que, junto con la alimentación, existen otros factores importantes que influyen en la salud, como los ambientales o la predisposición genética.

3. COMUNICACIÓN DEL RIESGO ALIMENTARIO. Conviene diferenciar claramente lo que es una “alerta alimentaria”, con datos objetivos contrastables, de la “percepción subjetiva del riesgo alimentario” que ocasionalmente puedan tener los ciudadanos y evitar, en todo caso, alarmas innecesarias. Todas las crisis empiezan con una alerta previa por lo que conviene ser vigilantes y cautelosos al respecto de las mismas cuando se hacen públicas (por ej. evitando utilizar imágenes de productos supuestamente afectados que no se corresponden con los realmente retirados). Las crisis también se pueden prevenir divulgando estilos de vida saludables, con informaciones planificadas, contextualizándolas para que sean completas y no sólo recojan una parte.

4. UN PRODUCTO MUY REGULADO. Para que un alimento llegue a la mesa del consumidor debe cumplir con una compleja y exhaustiva legislación en materia de calidad y seguridad alimentaria. Estas normas regulan los controles, la seguridad alimentaria, la calidad, la información al consumidor, la comunicación de los beneficios para la salud y la publicidad, entre otros aspectos. Para informar sobre alimentación y nutrición, es imprescindible conocer y tener en cuenta esa regulación, así como saber transmitir a los ciudadanos sus implicaciones. Del mismo modo, exigimos a las autoridades mayor eficacia, control y difusión pública de las tareas de inspección.

5. FUENTES VÁLIDAS DE INFORMACIÓN. Como en cualquier otra información, en temas de alimentación y salud existen fuentes con intereses y puntos de vista distintos. Una sola fuente no debe ser suficiente para elaborar una información ponderada. Es necesario contar con fuentes relevantes, sólidas y fiables que aporten opiniones cualificadas del mayor número posible de actores, y que ofrezcan respuestas rápidas. Igualmente, resulta necesario contrastar las noticias servidas por agencia sobre hallazgos o informaciones procedentes de fuera de España. (Ante cualquier duda, junto con las administraciones públicas, tanto ANIS como FIAB –fuente de contacto de sectores y empresas- se ofrecen a ser puntos de contacto para ayudar a contrastar cualquier información en este ámbito).

6. IMPORTANCIA DE LA EVIDENCIA CIENTÍFICA. Cualquier estudio válido requiere cumplir con los patrones básicos de la investigación científica: que sean realizados por entidades de prestigio, que cumplan en cuanto a muestra, duración, metodología, revisión de pares, etc. Igualmente, es preciso confirmar si los resultados son extrapolables de un país a otro, saber diferenciar entre los estudios experimentales y los meramente observacionales, así como si están realizados en animales o en humanos. Por último, la hay que tener en cuenta que la evidencia científica es temporal, por lo que será clave relativizar la información hallada y valorar siempre el grado de la evidencia.

7. TRANSPARENCIA EN LA INFORMACIÓN. Para ello es importante conocer los vínculos entre las fuentes de información y quiénes las promueven, desvelándolos para su correcta interpretación. Dicha transparencia debe ser exigida a todas las fuentes de información: agencias de información, sociedades médicas y científicas, universidades, centros médicos, organizaciones de consumidores, fabricantes de alimentos y bebidas, etc.

8. QUE LA ORIGINALIDAD NO COMPROMETA LA VERACIDAD. Dado el carácter sensible de la información sobre alimentación y salud, la originalidad en la exposición y el enfoque no debe impedirnos mantener como premisas el rigor, el equilibrio y la precisión. Lo noticioso no puede ser sólo lo negativo. Además debemos evitar la “medicalización de los alimentos” que pueda inducir a los ciudadanos a adquirir hábitos alimentarios extremos contrarios a la salud. Otorgar propiedades saludables a los alimentos sin evidencia científica contrastada es una práctica que debemos evitar mediante el rigor científico y la precisión informativa, de una manera sencilla y transparente. Una mala información también perjudica gravemente la salud.

9. USO RESPONSABLE DE INTERNET. Internet es una inestimable fuente de información, y a la vez se ha convertido en la principal vía de circulación de mitos y bulos sobre la alimentación. Es importante saber identificarlos y a ser posible utilizar como fuente de consulta únicamente webs acreditadas con sellos de calidad del ámbito científico (HoN Code, WMA, WIS…). El uso de información obtenida en Internet no nos excluye de la responsabilidad de contrastar su veracidad y su vigencia. (Ante cualquier duda, junto con las Administraciones Públicas, tanto ANIS como FIAB –fuente de contacto de sectores y empresas- se ofrecen a ser puntos de contacto para ayudar a contrastar cualquier información en este ámbito).

10. CORRESPONSABILIDAD. Los informadores de salud podemos liderar el diálogo entre las partes –Administración, instituciones públicas y privadas, empresas de alimentación y bebidas, etc.- con el objetivo de asegurar una información veraz y objetiva para el ciudadano. Por lo tanto, reclamamos que las fuentes sean fácilmente identificables, accesibles, disponibles para los medios, y que proporcionen información relevante donde primen los criterios de objetividad y no criterios publicitarios. Los informadores debemos ser objetivos respecto a las instituciones que financian una investigación sobre alimentación o nutrición, y no discriminar la difusión pública de la marca con independencia de los resultados obtenidos. Del mismo modo, es nuestro deber y el de las administraciones sanitarias, desenmascarar las malas prácticas o los fraudes.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

Lo más leído