«Sin prisa y sin cansancio,como los astros». Con esta cita de Goethe se inicia la presentación de esta exposición que presenta Pablo Sycet Torres con el texto que a continuación reproduzco:
«Una vez cerrado y fechado el baúl de los recuerdos de infancia, esos que marcarán nuestra existencia hasta el final, pocos son los episodios de nuestras vidas que van resistiendo en la memoria el envite inclemente del tiempo, y menos aún son los acontecimientos de corte profesional los que soportan indelebles el paso y baqueteo inmisericorde de los años.
Y casi cuarenta años atrás, muy lejos del Madrid que hoy los reúne de nuevo, cinco jóvenes nacidos y criados en el sur más profundo de la geografía peninsular, artistas emergentes por entonces, unieron esfuerzos e ilusiones para presentar sus trabajos recientes en una exposición de homenaje a Paul Gauguin, que se inauguró en 1969 en Aracena, su tierra natal: aunque cada uno tuviera un registro personal que trasminaba sus obras, el conjunto no dejaba de tener un cierto aire familiar que lo alejaba del concepto de colectiva para convertir aquel desafío de juventud en una exposición de grupo, homogénea dentro de la diversidad que ofrecían los rasgos personales de la producción de cada uno de los pintores participantes: Manuel Márquez, José Viera, Juan Manuel Márquez y Fernando González de Canales. 
Pasado el tiempo nada sigue igual: cada uno de ellos encarriló su existencia combinando sueño y realidad, y mientras algunos optaron por la vida académica y docente, otros siguieron por libre en la aventura cotidiana de la práctica del arte, y hoy pueden seguir contrastando pareceres sobre sus opciones vitales. Justo ese deseo de encontrarse de nuevo tras varias décadas es la razón de ser de esta exposición que reúne nuevamente en una galería de arte madrileña los trabajos de estos cuatro creadores –a los que se une ahora el escultor Espiridión Rodríguez– que llegan desde el sur más profundo, allí donde los siglos ahuecaron el suelo que pisaban creando la Gruta de las Maravillas, que admiraron desde niños y, cerca, la mano del hombre excavó, en círculos cada vez más hondos, el hueco para abrazar al ciclópeo y siempre latente corazón de la Tierra.
Si la infancia es nuestra verdadera patria, según sentencia de Rilke, lo es en gran medida porque nuestro despertar a los misterios del mundo siempre estarán definitivamente unidos al paisaje de nuestras primeras correrías, hasta nuestro último aliento. Y esa geografía primigenia, que va reduciendo su escala con cada regreso a los orígenes, es la verdadera escenografía en la que recreamos nuestros sueños y en la que hemos ido plasmando, ellos también, casi todos nuestros delirios artísticos.
Desde entonces ha cambiado tanto el mundo del arte, y la práctica del arte en sí misma, que eso les obliga hoy a una labor de introspección en el tiempo, tanto en sus sentimientos como en sus trabajos, igual que la naturaleza sigue cincelando en su Aracena natal la Gruta de las Maravillas o, a un tiro de honda de allí, hicieron sus ancestros en Corta Atalaya, escarbando y profundizando en sus propios orígenes, para así poder extraer lo mejor de sí mismos y ofrecer ahora y aquí, en el corazón de la telúrica piel de toro, esta suerte de ajuste de cuentas de cada uno de ellos con su propio devenir artístico y vital.
Sin prisa y sin cansancio, como los astros, y desde el sur más profundo».
Así concluye su presentación Pablo Sycet y pueden ver aquí algunas de las obras expuestas. Aunque, claro está, lo mejor es ir a la galería y ver todo de primera mano, ¿verdad? Bueno, pues, aquí van los datos:
Plaza del Biombo, 6
28013 Madrid
Teléfono: 91 559 46 36
E-mail: [email protected]
