Motel Ses Roques

Uno de los mayores descubrimientos de este verano en Formentera ha sido este lugar, un bar, restaurante y discoteca que ha cambiado radicalmente sus planteamientos anteriores y se ha convertido en un lugar a la última, moderno, con clase, agradable y donde se come muy bien. Nos quedaba al lado de casa, lo cual es bastante práctico, pero como en esta isla todo suele estar muy cerca (pese a los motoristas italianos que encuentro perdidos en puntos recónditos, o no, todos los veranos, y a los que atiendo solícitamente sacándolos del atolladero) el local no tiene pérdida, ya que se encuentra en la carretera principal, paralela al camino romano que va de La Sabina a La Mola, y justo en el kilómetro 6,6. Número muy simbólico por muchas razones, y en concreto, como me explicó Toni, quien ha llevado el local todos estos años y ahora se sumerge en su uniforme de cocinero para hacer algunos platos con toques de su tierra valenciana, que se puede asociar con la famoso Route 66, lo que explica el nombre del local (que no es un motel realmente, en el sentido de que no alquilan habitaciones) y que una vez a la semana celebran fiestas de onda roquera, creo que es los miércoles por la noche. El otro día estuvo pinchando Pau, el de Jarabe de Palo, y hubo un llenazo espectacular. Al final les cuento un cotilleo sobre Pau, bueno, sobre su hermana…

El local parece realmente un motel de carretera y funciona sobre todo por el «boca a boca», ya que sólo tiene pintado el nombre en la blanca pared de un lateral y tiene una pequeña pancarta a pie de carretera en donde se indica con letras adhesivas que se cena y se sirven sushis. El establecimiento es amplio, acogedor y bien decorado. Ha abierto este año por primera vez con esta nueva oferta y dispone de mucho espacio. Lo mejor es la terraza interior, donde se cena bajo una carpa que deja ver las estrellas en tramos y donde se sitúa Yuki, el fabuloso sushiman, que está teniendo tanto éxito que ya cuenta con otro ayudante japonés. Hacen una amplia panoplia de sushis (maki, niguiri) y sashimi, de excelente factura y hechos al momento, como debe ser, y a la vista de la expectante clientela. Hay distintas propuestas en este sentido, según número de piezas o tipo de sushi, y también ofertas distintas según el día, como los cangrejos de caparazón blando (soft-shell crab) o de atún picante (spicy tuna). Yuki no habla apenas castellano, pero si no sabe japonés, habla inglés perfectamente.

El cambio que se ha producido este año ha sido al incoporarse al proyecto, junto con Toni, el italiano, Sandro, y han tenido una idea muy brillante y un desarrollo muy bien pensado, paulatino y serio, ofreciendo calidad y buen servicio (Mercedes en concreto fue quien nos invitó a entrar el primer día que fuimos sin saber que había cambiado y nos convenció de todas las virtudes de la oferta, ¡gracias, Mercedes!), en un entorno agradable, y por un precio que es razonable en relación con lo que se recibe y lo bien que s elo pasa uno. Tienen una serie de tapas y platos para compartir, como unas patatas bravas, bravas de verdad, ya que «aquí en Formentera no saben hacer las patatas bravas», me susurra Toni, y lo he corroborado en algún sitio donde las ofrecían. Además de la salsa picante habitual, incluyen también una hecha con wasabi que queda también muy lucida. Están muy buenas las almejas y los mejillones salteados que hace Toni con una receta de su tierra valenciana que aprendió de pequeño. Además de la excelente y fresca materia prima local, le da un toque especial con una salsa que muchos quisieran saber hacer. Pues bien, a mí me lo contó con detalle y les diré que el secreto, aunque no se noten, son los frutos secos, especialmente cacahuetes. Y también avellanas, aceite, ajo, vinagre y sal. Otro día probamos los calamares de la isla con apio crujiente, un plato ligero y agradable, y las albóndigas de atún y salmón, con salsa de tomate, sabrosas y contundentes.

También hay una amplia oferta, cada vez más grande, de segundos platos, incluyendo carnes (también pollo Thai) y pescados (emperador, calamar, algo de pesca del día). Y muy buenos postres, como el granizado de melón y gengibre con brocheta de frutas o los higos al horno con helado de canela. En general hay platos tradicionales revisitados, se aprovecha la oferta gastronómica amplia y atractiva de la isla y se le da un aire de buen gusto y modernidad que queda muy bien. La presentación es excelente, con platos tan grandes (detalles que irán perfeccionando) que si pides varios para compartir casi no caben en según que mesas. Después se pueden tomar copas de todo tipo, relejarse, oir música y bailar incluso, o sentarse fuera a contemplar el firmamento en las bellas noches de la isla…

Tienen una carta de vinos breve pero con suficiente oferta (quizás falten los vinos locales) y han elegido muy bien para propiciar el maridaje con la oferta culinaria (sauvignon blanc, viognier). Los precios de los vinos son comedidos. Destaca una amplia carta de champagnes, que completarán pronto, me dijeron, con cavas. Abren solo por la noche, en principio, de mayo a septiembre, incluido, por lo que aún están a tiempo si son de allí, por allí andan o piensan ir en breve, de visitarles y recoger aquí sus opiniones si les apetece. Otro día próximo les daré otras pistas de Formentera.

Ah, el cotilleo: muchos de los postres son elaborados por la hermana de Pau Donés, habitual de la isla, y la verdad es que es una estupenda repostera.

Motel Ses Roques

Sushi, Restaurant & Disco Bar
Tfno.: 659 10 45 83
Formentera km. 6,6
[email protected]

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Autor

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

Juan Luis Recio

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