La polisemia triunfa
ante el mundanal espasmo
de un mundo sin firme contexto.
Triunfa el mal de la palabra ambigua
y del hecho feroz y descarnado,
de las dobles palabras
y las dagas candentes,
de mentiras al cuello
y vampiros a nado
sin salvar ropa alguna.
Triunfa la liquidez sin crédito
con la copa desbordada.
Y la botella vacía
gira hasta hacerse añicos.
¡Qué triunfo!
Nota. en estos tiempos de crisis, me ha parecido que convenía hacer esta reflexión, aunque se salga un poco del tono general de este blog. Además, se habla de liquidez, de copas y botellas, qué caramba. Pese a la crisis, ¡que tenga una buena tarde!