Yo te diré
que soy un descreído,
que a la vida ya le ha dado muchas vueltas,
que miré dentro de mí
y encontré un mar escondido,
donde siempre sobrevuelan las sirenas.
Yo te diré por qué.
Yo te diré
que soy un fugitivo,
siempre huyendo de poderes y prebendas,
que prefiero mucho más
echar un polvo contigo
que escuchar el canto de las sirenas.
Yo te diré por qué.
Yo te diré
que soy un pervertido,
que a las chicas he tratado como perras,
que hasta el fondo la metí
y sigo estando salido
porque nunca me he tirado a una sirena.
Yo te diré por qué.
Yo te diré
que ya estoy aburrido
de gritar siempre contra la guerra,
y que alguna vez maté,
y además fue divertido
ver teñirse de sangre a las sirenas.
Yo te diré por qué.
(ad libitum de la imaginación)