El Acento

Antonio Florido

Jorge Aliaga Cacho

Hablamos de un brillante intelectual peruano que se ha echado a la espalda la responsabilidad de impulsar la unión de todos los escritores latinoamericanos. Rodeado de muchas voces que claman para que la literatura deje de ser un objeto más que se vende y se compra en este mundo capitalista y del negocio, Jorge Aliaga reflexiona, escribe, publica, difunde su obra, anima a sus amigos artistas; es la voz, en definitiva, de todo un mosaico de países donde la cultura emergió ya hace mucho. La idea es no solamente esta unión decisiva, sino convertir a la literatura y a sus creadores en la segunda ola, el segundo boom creativo, y que este impulso provoque un giro, un cambio en las instituciones públicas y en la clase política.
Una mudanza determinante, mediante la acción de formar parte de la misma esencia política para que, desde su interior, la meta a alcanzar se logre con más eficiencia.
Ahora, mejor que mañana, necesitamos que la creatividad y la imaginación alcancen todos los rincones del mundo hispano. Conseguir que nuestra lengua se convierta en una herramienta que una con más fuerza si cabe los dos lados del atlántico.
Desde estas líneas tomo también el testigo y el ejemplo de nuestro amigo Jorge Aliaga y, junto a él, estaré, estaremos izando la bandera por una literatura de todos, por una creación impermeable al negocio, por un intento de lograr borrar la mediocridad y para que demostremos, de una vez por todas, que la calidad va más allá de las puras cuentas de resultados.

Como regalo, dos gotas expresivas extraídas de su poemario “Mujeres malas, mujeres buenas”, publicado por Ediciones Vicio Perpetuo Vicio Perfecto, en Lima, año 2013.

LIMEÑA
Limeña,
garbo,
flecos de tu aliño
acarician canela piel.
Rítmico paso te lleva,
castañuelas y cajón,
sinfonía para los sentidos.
Mi guitarra llora en su trino.
Te vas por calles de antaño,
camino del puente te alejas,
dolor mío ignoras,
dolor que causa el no tenerte.
Limeña garbo y armiño,
tuviérate en mi última noche,
tuviérate aunque sea
hasta el alba.
Iríame después con el río,
Limeña,
garbo y armiño.

TU BOCA

Tu boca no fue suficiente.
Las cosas que con ella prometiste,
juraste, callaste, dijiste.
Tu boca no fue suficiente.
No, no fue suficiente tu boca.
Y mi amor angustiado dejó
el placer que con ella me diste.
Rompí el embrujo de tus labios rojos
duchos en placeres, libidinosos,
lácteos.
Ahora te ahogas en mares de un día,
tu lengua ansía encontrar
la serena laguna que tuviste,
donde anclabas tu cuerpo
para limpiar los besos
que a extraños diste.
Tu boca.
Tu boca y tú:
no pueden creer
que me perdiste.

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Autor

Antonio Florido

Antonio Florido nació en Carmona (España), en 1965. Estudió Mecánica, Ingeniería Industrial y Ciencias Políticas. Aunque comenzó su oficio de escritor con la poesía, reconoce que se sintió tan abrumado por la densa humanidad de este género que tuvo que abandonarlo

Antonio Florido

Antonio Florido nació en Carmona (España), en 1965. Estudió Mecánica, Ingeniería Industrial y Ciencias Políticas. Aunque comenzó su oficio de escritor con la poesía, reconoce que se sintió tan abrumado por la densa humanidad de este género que tuvo que abandonarlo

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