El Tocadiscos de Biegler

Pablo G. Vázquez

Modo «Piloto automático acomplejado»

Noche de sábado 9 de diciembre, con mi niño, señora y el perro ya en brazos de Morfeo, me dispongo a ociar (a falta de un plan mejor) sintonizando el Deluxe en el salón de casa.

Disfruto mucho con el Sálvame Deluxe de T5 y ello básicamente por la concurrencia mancomunada de tres aspectos:

a) Me entretiene y evade visionar cosas que no considero como serias e importantes;

b) Un programa de tal temática con tanta audiencia sostenida da muchas pistas de cómo somos como sociedad, y ello ataja otros métodos de diagnóstico sociológico más laboriosos (al menos para mi persona);

y…

c) Porque me da la real gana.

O igual mi deleite se debe exclusiva y sencillamente, como dice mi padre, a que soy un buen marujo. Probablemente el patxi lleve razón y las tres razones anteriormente esgrimidas sean una auto-cortina de humo, un disfraz, un auto-engaño, probablemente, pero tengo derecho a no declarar contra mí mismo, no?. Whatever!, que me desvío de lo importante,  de portante.

Al minuto de tener puesta T5 me lamento en alto al verme engullido por la bella instantánea de la Excma Alcaldesa de Barcelona siendo entrevistada por Jorgeja, y procedo a pulsar L6Noche, porque para homenajes y blanqueamientos del personaltrade de un político en activo prefiero otro tipo de formatos televisivos, la verdad.

Al rato de la típica/previsible y prefabricada tertulia política de dicho programa mis ojos brillan cuando aparece en escena, con la excusa de su nuevo libro, el autor de novelas que adoro: Arturo Pérez-Reverte (El Maestro de Esgrima, El Club Dumas, La Tabla de Flandes, Alatriste, Tango de la Vieja Guardia, El Pintor de batallas…).

Reverte es un tipo peculiar en su pensamiento, palabra, obra y omisión (jj), quizás por todo lo que ha vivido (recuerdo ser un enano viéndolo en el telediario de la 1 con micrófono en mano, con esos relojes marinos negros y esas gafas tan años 80 mientras informaban de conflictos bélicos tratando de no ser alcanzados por las balas). Por eso se le invita desde ese programa, porque tiene un atractivo extra-literario, invitación que a él le sirve de pasarela de su nueva novela a la par que de altavoz a gran escala de sus pensamientos.

Yo no comparto muchas de sus ideas y visiones personales, sin embargo, el pasado sábado hizo un análisis que suscribo íntegramente y que yo mismo he defendido desde esta misma Tribuna en varios posts pasados y en relación a diferentes temáticas (y no solo la catalana): muchos de los que hoy defienden irracionalmente con fervor cuasi religioso ideales político-sociales rozando casi el histerismo son los mismos que de canis sufrieron el acoso e imposición hostil e insano de dichos ideales y que, en orden a poder parar la frustración y sentirse adaptados y, sobre todo, aceptados por la masa social imperante, abrazaron la Idea Única, y cada día que pasa se disponen a defenderla como el que más, no vaya a pensar el ambiente que han cejado en su “conversión”.

Eso es lo que quiso despejar Reverte cuando sugirió que a Rufi (Gabriel Rufián) lo debieron canear en el cole de pequeño. En ese contexto concreto.

Y claro, ya se imaginan lo que este comentario revertiano ha conllevado: que ladren todos aquellos que utilizan la cabeza para cualquier cosa que no sea pensar, entre ellos, Ada Colau (Rufi es un caso clínicamente perdido). El apoyo de Colau a Rufi afeando a Reverte que “frivolice con el acoso escolar” es de sonrojo ajeno, y ello porque la propia alcaldesa no ha visto ni en diferido siquiera la entrevista de Reverte en la Sexta, porque de haberlo hecho, habría comprendido el contexto de lo que trataba de explicar el afamado escritor.

Hay gentes que ante algo que leen en internet ponen el piloto automático de la irracionalidad y empieza a emitir ladridos (con todo mi respeto a los canes), sin pararse a pensar en la mesura que requiere su condición de servidores públicos y, sobre todo, sin analizar los hechos con sus propios ojos, no a través del prisma mascado que los medios de desinformación proveen.

Probablemente todo venga de un complejo de superioridad que encubre nada menos que una inseguridad colectiva, al fin y al cabo, Cataluña, en términos históricos no contemporáneos, y comparada con Castilla, Aragón o incluso Valencia, qué referencia posicional puede defender?.

En fin, este próximo sábado, por motivos de agenda social, no podré ver el Deluxe y eso, para un buen marujo camuflado como yo, sí que es duro, se lo aseguro.

A cuidarse, meus.

PGV

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Pablo G. Vázquez

Analista Investigador Derecho / Sociedad / Política / Economía

Lo más leído