Si alguien albergaba recelo alguno acerca de la repanocha que testimoniaba el «prucés» catalán, hoy, con la presentación del proyecto de ley de transitoriedad, habrá salido de toda duda: están de camisa de fuerza.
Tiene gracia que el artículo 2 de dicho texto rece que la soberanía nacional reside en el pueblo catalán, copiando el espíritu de la Constitución española.
Es decir: se niega el derecho a decidir que invoca el secesionismo para con España.
Estaría bien que la ciudad de Barcelona pidiera un referéndum para decidir si quiere ser parte del.Estado catalán o del español, ya verían cómo el argumento cupero y pepero coincidían para su rechazo.
Chapuzas de una patulea a la que hay que darle un baño de realidad.
Desde Moraira, con amor.
PGV.