Ayer por la noche, a punto de llegar a casa, me llama mi amiga Berren. ¡ Espera que me paro !, le digo (lo que no le pasa a ella no le pasa a nadie). La pobre, toda compungida y enfadada, me cuenta, entre sollozos, que su actual ligue (un albaceteño) se muestra un tanto reticente a mantener relaciones íntimas con ella con la excusa de que considera que aún es pronto para esos menesteres dado que la relación está en una fase aún incipiente. ¡ Me siento peor que Chenoa con la cobra del Bisbal !, repite un par de veces.
Yo, asombrado, vistas las horas que eran y siendo un tema tan deliciado, en un intento de medir cuidadosamente las palabras, le contesto al estilo portelario (forma colectiva de hablar típica de mi familia materna, ex A Portela de Portomourisco) y le salto en castellano con un «y qué quieres que yo le haga, Berren?».
Ella sigue hablando y quejándose sin escuchar mi comentario y, ciertamente, sin dejarme meter baza. Al final, al cabo de unos minutos, remata con un ¿ y no te parece que este tío no tiene sangre en las venas?», y se calla, dándome tácito permiso para que exprese mi libre y fundada opinión en el concreto tema sentimental manchego.
- ¡ Igual es un Rajoy !. Le dije abiertamente y sin mover un músculo, porque algo tenía que decir.
La verdad es que no sé si entendió bien lo que quise transmitirle o, si, por el contrario, tan bien lo entendió que no le hizo gracia la comparación, porque a los segundos me contestó: «Joder Pablo, que estoy hablando en serio».
Pues bien, al manchego de mi Berren le pasa un poco lo que a nuestro querido Presidente del Gobierno con el Sistema Fiscal español: no se deciden a meterles mano de verdad.
Antes al contrario, estamos a las puertas de que mañana, en reunión del Gobierno, se aprueben (según se ha anunciado) los cimientos de un nuevo parche fiscal (el enésimo) cobarde, facilón, servil y dañino: subida y creación de Impuestos Especiales, supresión de beneficios tributarios en el Impuesto de Sociedades, más obligaciones fiscales (informativas también), endurecimiento de determinados procedimientos administrativos (con merma de derechos para los obligados tributarios) y limitaciones restrictivas a determinados pagos en efectivo. Todo ello bajo la bandera del cumplimiento de déficit.
Por supuesto, nada de:
- Regular de una vez la coordinación efectiva entre los distintos órganos administrativos tributarios.
- Hacer de los TEARegionales algo más serio (más formación, más medios y más retribución de sus miembros).
- Igual tributación de imputaciones de renta inmobiliarias sin distinción de persona física o jurídica.
- Establecer un régimen de responsabilidad por la no ejecución administrativa de sentencias firmes.
…………. (y así una lista…….)
En definitiva, ESCUCHAR a la profesión: a los Funcionarios de Hacienda + Aedaf + Consejo de Defensa del Contribuyente, para mejorar un Sistema público tan importante como el fiscal en orden a que la conflictividad se reduzca sin merma notable de ingresos.
Al manchego le recomendaría que escuchase la canción «Matemática de la Carne» (Rayden), y a Rajoy…que escuchase simplemente a la calle y a los que saben de esto.
A cuidarse, meus.
P.
