El Tocadiscos de Biegler

Pablo G. Vázquez

Impuestos Dulces Selectivos o la nueva ola de ansiedad chapucera recaudatoria del Estado.

Impuestos Dulces Selectivos o la nueva ola de ansiedad chapucera recaudatoria del Estado.

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Me desayuno hoy jueves con una diminuta noticia en un digital la cual me provoca de tal manera que no me deja más remedio que retirarme un momento a otra estancia de casa para que mi hijo no pueda ver cómo su «súper papá» va soltando sapos y culebras por la boca.

La noticia viene a decir que el nuevo Gobierno Rajoy, en orden a reducir el déficit, estudia instaurar (entre otrosun impuesto concreto a las bebidas azucaradas. Es decir, traducido técnicamente, pretende establecer un nuevo Impuesto Especial.

Pues bien, con carácter previo a explicar los motivos de mi malestar al respecto, es menester poner de manifiesto que quien esto escribe:

1º) Es plenamente conocedor de los últimos informes de la OMS  (Organización Mundial de la Salud) concluyentes de la nocividad del azúcar para con la salud (más de doscientas mil muertes al año).

2º) Acepta que la figura de los IIEE (Impuestos Especiales), como tributos indirectos que gravan de manera gradual finalmente la renta gastada en determinados y específicos consumos con fines no solo fiscales, sea la idónea si lo que se quiere es «desincentivar» la masiva ingesta de estas bebidas tan poco saludables.

Pero, si bien la música me gusta, la letra ya no tanto: ¿por qué someter a imposición sólo las bebidas azucaradas? (coca cola, fanta, pepsi etc…). El Ministerio de Sanidad conoce perfectamente que el azúcar se encuentra en multitud de sitios: desde el pan, la pizza, cereales, ketchup, zumos, bollería industrial etc…. .

Si lo que se pretende gravar es el consumo de azúcar por los motivos apuntados, digo yo que habría de ser objeto de imposición todo el azúcar, no sólo el contenido en bebidas (y cuidado, porque el alcohol, que es una bebida que ya se somete a especial tributación, también está compuesto por azúcar).

¿Y cuál es la razón por la no se hace ésto?, pues fundamentalmente por que una inmensa cantidad de productos subirían considerablemente de precio dado que dentro de la base imponible del IVA se encuentra también añadido el importe del Impuesto Especial. Por ello, los sablazos en impuestos indirectos (un rico paga por la misma cerveza idéntica cantidad de impuestos indirectos que un pobre) es mejor y dándolos paulatinamente.

En fin, debido a que en su caso será necesaria una Ley votada en Cortes, confiemos en que haya un debate político y técnico sobre la necesidad real y actual de someter a tributación especial este hidrato de carbono y de ser así, si se hace de manera total o parcial o si, por el contrario, todo obedece a conseguir una recaudación añadida fácil sin notable alarma social parcheando el sistema fiscal.

Termino con una reflexión del gran Navarro Sanchís que tanto me gusta citar: No nos olvidemos que hay infinidad de tributos mientras la capacidad económica y contributiva es una sola.

A cuidarse, meus.

P.

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Pablo G. Vázquez

Analista Investigador Derecho / Sociedad / Política / Economía

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