Un padre de familia entrega su hijo a la Policía para que sea educado

Un padre de familia entrega su hijo a la Policía para que sea educado

Gerardo Ruiz Gómez está desesperado y ya no sabe cómo conseguir que su hijo de 1o años deje de cometer travesuras y le haga caso. En el año 2006, fue denunciado por unos agentes de la Policía que le vieron propinarle al menor un par de bofetadas durante las fiestas del valle de Egüés (Navarra), donde el menor se peleó con otro niño.

Así que cuando, a principios de este año, el niño fue expulsado del colegio por mal comportamiento, este padre se halló en una difícil tesitura.

Al no saber qué debía hacer, optó por recurrir a las autoridades. Como cuentan desde la edición digital del Diario de Navarra, el hombre se dirigió a la comisaría de la Policía Municipal de Egüés, para que los mismos agentes que en su día le denunciaron le dieran una lección al pequeño. Sin embargo, la Policía se negó, ante lo que el hombre reaccionó marchándose y dejando a su hijo con los agentes.

Por esta actitud, Gerardo, vecino de Egüés, aunque natural de Málaga, ha sido acusado de una desobediencia leve, por lo que deberá pagar una multa de 135 euros. «No le puedo dar dos bofetadas, de acuerdo. Pues que me den una alternativa porque ya lo he probado todo», declaraba el padre.

«No tenía alternativa»

La denuncia por las bofetadas nunca prosperó, pero el hombre no pudo olvidar el incidente. Cuando en enero de este año el niño fue expulsado del colegio por insultar a un profesor y maltratar a otro compañero, su padre decidió que no tenía otra alternativa que recurrir a la Policía.

«Me presenté, les expliqué lo que había pasado y les exigí que amonestaran, regañasen o hicieran lo que considerasen pertinente con mi hijo. Les dije que les iba a dejar a mi hijo para que ellos lo educaran y que me lo devolviesen cuando estuviera listo», cuenta Gerardo.

Sin embargo, la Policía no accedió a sus peticiones, ya que ese no era su deber. «Les dije que sí, que si me habían denunciado por darle dos bofetadas, que le dieran una lección al niño», continúa el hombre, que abandonó la comisaría igualmente, dejando allí a su hijo.

Después recibiría una citación del juzgado de Primera Instancia número 2 de Aoiz, donde fue juzgado por una falta de desobediencia y otra por abandono a un menor, aunque sólo ha sido condenado por la primera. La juez no ve delito de abandono, puesto que el comportamiento del padre «se guió, única y exclusivamente, por su obcecación ante el comportamiento incorrecto que su hijo había tenido en el colegio».

Gerardo Ruiz no está de acuerdo con la falta que se le atribuye, «No hay desobediencia, no estamos ante una falta de orden público ni está en peligro la integridad de nadie. En todo caso, hay una desatención de auxilio por su parte».

Este padre quiere hacer hincapié en lo que, a su entender, es el aspecto más importante: su hijo. «¿Y el problema con mi hijo, que es la razón original de todo este asunto? Si algún día termina quemando contenedores de basuras yo seré el culpable. Por supuesto».

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