Ángel Gabilondo da muestras de su sectarismo nada más pisar Educación

(PD).- ¿Cómo es posible que algunos periodistas se caigan del guindo a estas alturas? Pues sí, lo reconocen en voz baja, a pesar de llevar en el negocio muchos años, pero confiesan que pocas veces habían visto comportamiento tan desvergonzado como el desplegado por la conexión Prisa-Gobierno días atrás. Es cierto que las cosas se venían haciendo de otra manera, quizá más fina, menos basta o, más elegante.

Cuenta Garganta Profunda de El Semanal Digital que el caso del nuevo titular de Educación, Ángel Gabilondo, sin embargo, es de pura desvergüenza informativa. Y no ya por el hecho de concederle su primera entrevista de aliño, dispuesto a recibir flores a golpe de botafumeiro, de su propio hermano, Iñaki Gabilondo, en Cuatro, sino por dar deliberadamente con las puertas en las narices a otros medios de comunicación.

Solamente la torpeza ha podido lograr que el ministro tenga de uñas a buena parte de la profesión periodística apenas pisada la moqueta de la sede en el número 34 de la madrileña calle Alcalá.

Se ve que Ángel Gabilondo únicamente habla con amigos, ya sea su familia, Gemma Nierga en La Ventana de la Cadena SER, o, como este mismo martes en una doble página en el diario El País, en la mejor tradición del sectarismo de la izquierda.

No se puede decir que el ministro de Educación, ex rector de la Universidad Autónoma de Madrid a quien cabe suponer acostumbrado al trato con los medios, se haya portado bien estos días con los periodistas ajenos a Prisa. Según han relatado a Garganta Profunda algunos de los afectados, los requerimientos hechos para lograr que un responsable ministerial se pusiera siquiera al teléfono resultaron inútiles.

Las respuestas han sido para todos ellos el más infausto silencio, un desdén impropio de las prácticas que deben regir las relaciones entre el Poder y los medios de comunicación en una Democracia.

El ajetreo de una mudanza es ciertamente comprensible, pero lo que no se llega a entender es que no se encontrase una persona autorizada para hablar con la prensa, tal y como llegó a quejarse, y no fue el único, el diario ABC. El pasado jueves, por ejemplo, la excusa ofrecida era que todos estaban en la grabación de la entrevista en diferido del titular de Educación con… su consanguíneo Iñaki. Gluupp.

El síntoma es alarmante. Ángel Gabilondo se oculta desde el primer minuto de juego. Para no correr riesgos innecesarios, lo mejor, evidentemente, suelen ser los familiares y los amigos. Al menos, para disimular, acaba de asomar la patita con Carlos Herrera en Onda Cero, pero, ¿por cuánto tiempo más piensa esquivar al resto?

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