(Araceli Oñate).- Primero fueron los profesores, los acusaron de falsa incompetencia y de haber perdido el paso de las tecnologías y la violencia.
Y vinieron ONG, Fundaciones y organizaciones municipales a compensar la»falta de competencia» de maestros, profesores y catedráticos de instituto.
Luego dijeron que el conocimiento no da la felicidad y confundieron la educación en valores con lo socioafectivo y la conciencia moral.
Y sólo quedaban los padres para proteger a los hijos de la intromisión ilegítima del Estado.
Y penetraron las aulas con el poder político y redujeron el Derecho a la Educación, a los escombros de la asistencia a clase.
Ahora vienen a por los padres, acusándoles de ser responsables del desastre educativo, privándoles del derecho de corregir y del deber de velar por sus hijos, llenando las páginas de los periódicos de alarma social.
Pronto el Estado exigirá a los padres nacidos en la Democracia, asistir a clases de Educación para la Ciudadanía…pero no quedará nadie para protestar.