Protestas y manifestaciones certifican que la EpC ya ha descarrilado

(Araceli Oñate).-Una movilización social sin precedentes en las aulas españolas viene a certificar que la EpC ya ha descarrilado.

No se trata de la Iglesia Católica…sino de catedráticos de instituto, profesores de Filosofía y Geografía e Historia, maestros de infantil y primaria, orientadores, profesores de secundaria y bachillerato, de compensatoria y garantía social, estudiantes mayores y menores de 16 años, hombres y mujeres libres que no renuncian a la libertad ni al “saber” como fuente de crecimiento y promoción social.

No se trata de 80 obispos, ni de 80-1, ni de la FERE y el Sr. de Castro que puesto a elegir entre el concierto o la libertad, no dudó en escoger los 30 denarios de plata. La invasión ilegítima del sistema educativo por el poder político está abocada al fracaso y viciada de raíz y manifestaciones que se extienden por todo el territorio nacional, sentencias y resoluciones judiciales, estudiantes en huelga, la campaña «Aulas Vacías: Pírate la Ciudadanía», asociaciones de directores de centros en la calle… vienen a certificar el fracaso de la nueva Religión del Estado.

Nuestros alumnos no saben Geografía ni Historia, ni resolver problemas de Matemáticas. A estas alturas resulta irresponsable que el Gobierno no haya profundizado en las causas del absentismo, de la violencia ó del fracaso escolar, que no haya adoptado medidas preventivas ú ofrecido respuestas como los itinerarios formativos y que el debate sobre educación se centre en una asignatura que pretende exacerbar las emociones dando la espalda al conocimiento.

Mientras unos pocos, vulnerando la Constitución cuestionan el papel de los padres como educadores y otros ofrecen soluciones absurdas e ineficaces para erradicar la violencia en las aulas, como el tuteo, los observatorios ó la vigilancia policial, un clamor imparable y ensordecedor de voces independientes denuncia el secuestro de la libertad de cátedra y se alza frente al intervencionismo totalitario de un Estado que con lenguaje de secta y de espaldas a la transparencia y al diálogo propio de la democracia, pretende cercenar la disidencia, el espíritu crítico y el derecho de nuestros jóvenes a pensar diferente.

Mientras el Ministerio y las Comunidades Autónomas amenazan a los centros con la vigilancia de los inspectores y desde el mas puro estilo reaccionario se niega a padres y profesores el derecho constitucional a la objeción tachándoles de irresponsables, la Comunidad Educativa reconoce que la asignatura ya ha descarrilado.

Nuestros alumnos necesitan aprender matemáticas, geografía, historia y ortografía y los profesores sólo quieren poder dar clase con normalidad, enseñar lo que saben a sus alumnos y seguir gozando de la Libertad de Cátedra que los convierte en referentes y modelos de cada uno de sus alumnos y preserva la calidad y el rigor intelectual frente a los fundamentalismos y el pensamiento único.

Los que hemos sido educados en la libertad de cátedra, rechazamos el fundamentalismo y la subversión del lenguaje que pervierte conceptos como educación en valores y democracia.Los que hemos sido educados en la libertad de cátedra denunciamos el carácter rancio, decimonónico y anticuado de la Nueva Religión para la Ciudadanía y rechazamos el ataque injustificable a derechos y libertades de profesores, padres y alumnos.

Es hora de hablar de futuro, de eficacia y de progreso, también en el mundo de la Educación, pero para ello es necesario conocer El proceso de cambio social que desde la Educación para la Ciudadanía se viene gestando de manera sumergida:
Frente al profesor- modelo y referente del alumno se avanza hacia un educación asamblearia sembrada de comités de ciudadanía, frente al profesor- modelo y referente del alumno se postula el eje escuela –familia – municipio, donde las asociaciones municipales “compensarán” la “supuesta” falta de adaptación del docente a los nuevos tiempos, frente a los contenidos, la arquitectura de los sentimientos y la inteligencia emocional, frente a los fundamentos de la filosofía, el debate y el relativismo absolutista…

El adoctrinamiento de niños de 8 y 10 años es un paso atrás en la Sociedad del siglo XXI. No es necesario buscar nuevas formas de cohesión social: desde 1978 es la Constitución Española, la dignidad intrínseca de la persona y la protección de sus derechos fundamentales, lo que constituye el eje del avance social. Sin embargo, frente al fundamentalismo rancio y al pensamiento único urge, desde la calidad y el rigor intelectual, un debate público y profundo sobre el futuro de la educación.

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