No. No es por el primado de pedro en el sentido de una intacta línea de sucesión apostólica de los Papas, rota quién sabe cuántas veces y manchada de codicia unas cuántas más. No es por la estructura jerárquica, calcada de la estructura de administración territorial del imperio romano, tan actual, tan pertinente.
El relato de la iglesia naciente siendo encendida de fuerza y aliento de dios durante la fiesta de pentecostés puede ser uno de los más cargados de motivos teológicos y contextuales entre los escritos de los evangelistas.
Miércoles, 20 de febrero