(Carlos Alonso).- Uno de los logros más importantes de nuestra sociedad es la Seguridad Social, la cual es universal para todos los españoles desde hace más de 70 años, convirtiéndose en un referente para muchos países que con posterioridad la han querido implantar.
Se trata de un amplio sistema de protección a los trabajadores, motores principales de la economía y el progreso, al cual se le han ido ampliando sus prestaciones sanitarias, por desempleo, por jubilación…
Hace tan solo unos días y a consecuencia de las declaraciones del Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, se nos informó de que debido al contexto económico actual los ingresos que ésta percibía podrían no cubrir los gastos que tiene que atender, fijándose como insostenible la fórmula actual más allá del 2025.
A partir de ese momento se dispararon las alarmas desde los medios de comunicación creándose una seria duda en la mente de todos los que cotizamos a tan noble causa, sin saber si la Seguridad Social pasará a ser la Inseguridad Social en el futuro.
Gracias al acuerdo alcanzado por los diversos partidos políticos en el Pacto de Toledo de 1994 se pudieron abordar una serie de reformas que garantizaron su viabilidad en base a las capacidades económicas del país y a su posible evolución.
A pocos días de unas Elecciones al Parlamento Europeo, en el que los políticos nos volverán a pedir el voto, quisiera pedir a nuestros representantes que no utilicen este capítulo como arma electoral y que se pongan otra vez de acuerdo en un aspecto capital para los ciudadanos.
Los cuatro millones de parados necesitan tener unas coberturas que dignifiquen su situación, pero también es justo que quienes se vayan a jubilar en los próximos años o ya lo estén en la actualidad, después de toda una vida de esfuerzo, estén tranquilos respecto de sus pensiones.
En este sucinto análisis tampoco quiero olvidarme de los autónomos y pequeños empresarios, que a día de hoy tampoco gozan de la prestación por desempleo, asumiendo jornadas laborales de vértigo y un notable riesgo cada día en el desempeño de sus trabajos.
Hace algunos años se pusieron de moda los planes de pensiones para aquellos que con posibilidades y miedo a esta situación tuviesen una solución a su alcance, pero ahora es que ni la continuidad de los bancos está asegurada.
Por todo ello urge exigir a los políticos, patronal y sindicatos un acuerdo para tomar medidas con las posibilidades objetivas del país y que se deje de especular al respecto. Desde el sentido común le es fácil a uno calcular que es insostenible el gasto actual que está asumiendo la institución, el cual responde a un país con una situación económica de bonanza, como la que tuvimos años atrás.
Nadie puede seguir gastando lo mismo cuando le van mal las cosas que cuando le van bien, por lo que pido que sean ellos los que digan por donde recortar y que aborden los cambios pertinentes cuanto antes, pero que no nos generen más dudas sobre una de las pocas cosas sobre las que ningún trabajador se merece le arrojen dudas.
