(PD).- El asunto es de vergüenza ajena. Tan sonrojante, que más de un magistrado habrá deseado que lo trague la tierra, pero España es así. La condición de juez, cuando se comete un delito y en el ejercicio del cargo, debería ser un agravante, pero en el caso del juez Urquía, aquel que cobró 73.800 euros de Juan Antonio Roca a cambio de prohibir un programa de televisión que molestaba al cerebro de la corrupción en Marbella, le sirve de atenuante.
Como se ha publicado estos días, los magistrados del Tribunal Supremo han condenado a su compañero de carrera Francisco de Urquía a sólo 21 meses de suspensión del cargo. Le absuelven del delito de prevaricación y a nadie se le escapa que el juez «chorizo» es hijo del ex presidente de la Audiencia de Alicante, don Faustino de Urquía.
Ahora, Rafael Cruz Conde, principal imputado en la famosa «Operación Hidalgo», escribe una cartas sobre el asunto al decano. Otra es de un abogado marbellí a su hija. Ninguna tiene desperdicio:
CARTA DE UN ABOGADO A SU HIJA
Alhaurín de la Torre, cualquier día
Querida hija:
Te escribo para que estés tranquila ya que sé lo mucho que estás sufriendo y lo que ves en los periódicos o te puede decir cualquiera.
¿Te acuerdas de Mr.White, aquel señor, cliente del despacho que vive en Inglaterra cerca de donde estaba el colegio donde mandamos a tu hermana y que tan amablemente nos ayudo en aquel año?, seguro que te acuerdas, era bajito pero con muy buena pinta y tenía una empresa de trasportes.
Pues hace cinco años, cuando otro cliente me lo presentó, le ayudé y lo representé en la compra de una casa; recuerdo que venía con la idea de hacerlo a través de una sociedad, cosa perfectamente normal, pero al final logré convencerlo y compro a su nombre y al de Sepla, su mujer.Nada raro ¿verdad?, lo que tu Papi y otros que conoces han venido haciendo durante los últimos años.
Resultó querida hija que Mr.White había tenido un problema con la Hacienda de su pais por un tema del IVA y –por lo poco que sé y me dicen- aquella discusión terminó en un tema penal aunque creo que al final está todo más o menos resuelto y de hecho está en su casa, aquella que conocimos.
Aunque sea difícil creerlo, explicarlo y hasta contarlo, por eso estoy aquí y por esto llegó la policía a casa y al despacho con las sirenas, las capuchas, los fotógrafos y las pistolas.Pero no te preocupes, me dice el abogado que ya por fin ha podido ver y leer con calma los doce tomos del sumario y en lo único que aparezco es en una conversación insistiéndole a Mr.White que ratificara la escritura y me mandara mas fondos para abonar una liquidación complementaria; bueno perdona, también hay una foto en la que estoy con Mamá tomándonos una cervecita en el centro de Marbella.
Aquí no se está mal del todo, he adelgazado, hago deporte, he conocido a personajes de todo tipo y además aprovecho para pintar y leer mucho.
Por cierto, antes de que se me olvide, dile a Mamá que el abogado me dice que la moto guzzi que teníamos decorando el salón puede que nos la devuelvan ya que por fin han comprobado que no tiene papeles y que el anticuario del pueblo le ha confirmado a la Policía que fue un regalo de Mamá, pero dile también que probablemente haya que volver a restaurarla, los depósitos judiciales son así.
Nunca dejéis de darle las gracias a la abuela por el dinero que nos ha prestado y por pagar vuestro colegio, llamarla mucho contándole que estoy bien y que no se fíe de los telediarios y de las fotos y comentarios de la gente del pueblo.
Y por último, como sé que tenías dudas, no te matricules en derecho, el despacho de Papá no es lo que era, la profesión tampoco así que tienes todo mi visto bueno y todo mi apoyo para que hagas Historia del Arte, sé que te gusta.
Tengo que dejarte, apagan la luz y no puedo seguir escribiéndote, os quiero.Un beso fuerte,
Papa abogado de Marbella
