(PD).- La crisis financiera vuelve a pasar factura al banco suizo, una de las mayores víctimas de la falta de liquidez. Así, en el primer trimestre del año, UBS registró pérdidas por importe neto atribuido de unos 2.000 millones de francos suizos (1.322 millones de euros), lo que le ha obligado a recortar aún más la plantilla.
Hasta 2010, la entidad destruirá un 11% su fuerza laboral, con el despido de 8.700 trabajadores ubicados en 50 países. El ajuste dejará en 67.500 los puestos de trabajo. Desde mediados de 2007, el banco ha eliminado un total de 11.000 empleos.
El objetivo de esta medida es ahorrar entre 3.500 y 4.000 millones de francos (2.314 y 2.645 millones de euros).
El nuevo consejero delegado de la entidad helvética, Oswald Grübel, procedente de Credit Suisse y cuyo nombramiento deberá ser confirmado este miércoles en la junta general de accionistas de la entidad, ha precisado que los ‘números rojos’ reflejan en gran medida el impacto negativo de unos 3.900 millones de francos (2.579 millones de euros) vinculado a pérdidas previamente reveladas en inversiones de riesgo de escasa liquidez, pérdidas de crédito y depreciaciones en los activos transferidos al fondo gestionado por el Banco Nacional de Suiza, que agrupa los ‘activos tóxicos’ del banco.
Asimismo, Grübel ha señalado que «a pesar de algunos síntomas iniciales positivos» la entidad sufrió una salida neta de capitales de 23.000 millones de francos (15.212 millones de euros) en su unidad de gestión patrimonial y banca suiza debido en gran medida a los acuerdos alcanzados con las autoridades de EEUU respecto a la lucha contra el fraude fiscal y la evasión de impuestos.
No obstante, UBS ha indicado que «gracias a la reducción del balance de la entidad y del peso de los activos de riesgo» el ratio de solvencia del banco Tier 1 se situó en prácticamente el 10% a finales de marzo, a pesar de las pérdidas trimestrales.
Por otro lado, el banco apuntó que está llevando a cabo un análisis de sus operaciones con el objetivo de identificar y abandonar aquellos negocios de elevado riesgo o «poco prometedores», mientras que pretende mantener sus actividades estratégicas, entre las que se incluye el negocio internacional de gestión de patrimonios y banca suiza, así como banca de inversión y gestión de activos.
En 2008, la entidad registró el triple de pérdidas que en el año anterior, con unos ‘números rojos’ cercanos a 13.000 millones de euros.
