La crisis hace estragos en el pequeño comercio

(PD).- «El público tiene un miedo impresionante a gastarse el dinero. Antes, los jubilados venían a menudo a comprar y los jóvenes querían adquirir algo. Ahora, los jubilados prefieren guardarse el dinero, entre otras cosas, por si lo necesitan sus hijos, mientras los jóvenes prefieren esperar».

La formación académica de Charo no guarda relación con la economía, pero esta encargada de un comercio de arte asequible a todos los bolsillos ha realizado una descripción casi perfecta de lo que representa la deflación. Sólo falta saber si el crecimiento negativo de los precios que ha avanzado la inflación armonizada en el mes de marzo se va a prolongar durante largo periodo de tiempo. Los economistas dicen que durará hasta octubre, según informa cope.es.

Charo trabaja en Alcorcón, una ciudad dormitorio de Madrid, a cuya población se suele catalogar, por criterios económicos, como perteneciente a la clase media-baja. “El verdadero descenso de ventas se ha producido a partir de enero. El público con dinero tiene miedo a gastárselo y el que se encuentra en una situación mala, lógicamente no puede”, comenta esta vendedora, quien revela que en su comercio, las ventas han caído a plomo un 40% , lo que ha obligado a cerrar centros. Y advierte que en esta época de vacas flacas, existe la sensación de que hay una saturación de tiendas y grandes superficies.

Caída acelerada este año

Vestido y calzado es la rúbrica del índice de precios al consumo (IPC) más deflacionista. Los precios de estos artículos han registrado un descenso del 1,8% en los últimos doce meses, aunque en lo que va de año la caída alcanza ya el 15% . Otros sectores donde se ha agravado el rumbo de los precios en este año son ocio y cultura (-1,2% ), alimentos (-0,4% ) y menaje (-0,5% ).

“Las ventas han caído el 15% . Nosotros capeamos el temporal bajando precios y procurando gastar poco, porque si no te llega para pagar las facturas, tienes que quitar de algún sitio”. Así de rotunda se expresa Pilar, la responsable de un comercio de venta de textil para mujer en la calle Máiquez de Madrid. Pilar no deja títere con cabeza: “Los bancos tienen que abrirnos el grifo de los créditos. Solo así podríamos ir capeando el temporal. Desde luego, el Gobierno es el que nos ha metido en este berenjenal. Y eso del ICO no vale para nada, te piden un montón de papeles y requisitos y luego para nada”.

El establecimiento se encuentra en el distrito de Retiro, una zona de clase media-alta en pleno barrio de Goya. Una zona que tampoco se puede desmarcar de la crisis. “Han cerrado una tienda en la calle Narváez, otra pequeñita al lado de la iglesia de los Antonianos, una peletería y otra más a cien metros de aquí”, dice Pilar. Enfrente de su tienda le han puesto uno de esos establecimientos de todo a 10, 20, 30, 40 y 50 euros. “Esto nos machaca el negocio”, indica la propietaria de este comercio del sector textil.

Adentrándonos en el barrio de Salamanca, llegamos al esquinazo entre las calles de Alcalá y Hermosilla. “Aquí la temporada de primavera se iniciaba el 21 de marzo. Pero este año hemos tenido que mantener las ofertas de invierno”, comenta Carmen, una de las encargadas de este comercio de prendas de vestir para mujer.

El mantenimiento de precios bajos y una mayor frecuencia en el cambio del escaparate son dos estrategias para soportar la crisis.

Yajaira, la otra encargada, se encarga de realizar la renovación del escaparate. “Hay semanas que tenemos que cambiarlo dos veces, cuando antes se cambiaba una sola vez en la temporada”. Comenta que la crisis ha despertado una vieja costumbre de otras etapas de la historia del país, la de acudir a la modista a acortar un abrigo o cambiarle el cuello.

“No se consume. La gente entra por una prenda determinada que está en el escaparate a precio de oferta. Antes venían a cubrir una necesidad, a comprar una prenda determinada”.

La caída de los precios que se ven obligados a seguir los pequeños comerciantes ha situado la inflación en zona negativa. La estrategia de Carola, la de liquidar la mercancía de invierno antes de cambiar la temporada se aplicó de forma masiva en estas navidades, con descuentos del 50% de entrada. Las tiendas liquidaron su mercancía a pérdida para tener dinero y comprar para la nueva temporada. La liquidez que proporcionaron estos descuentos masivos, han contribuido a rotar la mercancía en los establecimientos.

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