(PD).- El mercado laboral ha entrado en barrena. En septiembre, la encuesta de población activa (EPA), verdadera radiografía laboral española, mostró que se destruía empleo por primera vez en casi 15 años. Octubre y noviembre se han saldado con los mayores aumentos mensuales de la historia del paro registrado, que roza los tres millones.
Y hasta noviembre, la Seguridad Social contaba con 671.000 afiliados menos que en enero. Con estos datos, pocos dudan de que la hasta hace poco locomotora europea del empleo cerrará el año con más de tres millones de parados y una tasa en torno al 13% (cinco puntos más que hace año y medio).
Por si fuera poco, el desplome no parará ahí. El vicepresidente económico, Pedro Solbes, lo reconoció el pasado martes con su lenguaje habitual: «Existe el riesgo de que el paro aumente algo más». Y aquí surgen las preguntas: ¿cuándo dejará de crecer el paro? ¿Hasta dónde llegará?
La Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) ha publicado el panel de previsiones que recoge los pronósticos de 13 de los servicios de estudios más prestigiosos de España. En ellas, la tasa media de paro alcanzará el año que viene el 15%. Eso implica que a finales de 2009, es fácil imaginar un escenario en el que se llegue al 17% o 18%.
«En algún momento, hacia final de año, llegaremos a los cuatro millones de parados», explica Ángel Laborda, director de coyuntura de Funcas. Algo que descartó, esta semana, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho.
EL CÁNCER DE LA TEMPORALIDAD
Explica Manuel V. Gómez en El País que la alta tasa de temporalidad en España ha contribuido decisivamente al gran deterioro del mercado laboral español en los últimos meses.
Y contribuye, junto con el desplome de la construcción, a explicar por qué la recesión en el resto de Europa no se ha cebado tanto con el empleo como lo ha hecho en España. Mientras la media europea se sitúa en torno al 15%, en España quedó en el 29,5% en el tercer trimestre de este año, un punto y medio menos que en el mismo periodo del año anterior. Así, la alta tasa de temporalidad española se traduce en flexibilidad de hecho.
«El ajuste se sigue concentrando en los trabajadores con contrato temporal», explicaba esta misma semana el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado.
Este tipo de flexibilidad genera dos segmentos de trabajadores claramente diferenciados. En el primero se inscribirían los empleados con contratos indefinidos, sobre los que, en teoría (hay que ver la proliferación de expedientes de regulación de empleo en la industria del automóvil), les afecta en menor medida. En el otro, estarían los que tienen contratos temporales, sobre los que recae este tipo de flexibilidad.
Además, este último segmento se enfrenta a la baja de demanda de mano de obra de su perfil, normalmente, de menor cualificación, según explica José Antonio Herce, de Analistas Financieros Internacionales.