Lukoil acepta inicialmente la dirección española en Repsol para facilitar su entrada

Lukoil acepta inicialmente la dirección española en Repsol para facilitar su entrada

(PD).- La petrolera rusa Lukoil tendrá cuatro consejeros de los 16 que forman el órgano de administración de Repsol YPF. No son sólo cuatro sillas. Suponen el movimiento más importante registrado en el sector energético español en años. Y una conmoción en una Europa recelosa de los planes rusos.

La jugada es hábil, porque aceptando «de salida», la dirección española en Repsol, los gigantes petroleros rusos se garantizan la «entrada».

La compañía ocupará los tres puestos que tiene Sacyr-Vallehermoso y uno de los dos que tiene La Caixa. Todo ello si culmina la acelerada negociación que lleva a cabo -con la comprensión del Gobierno, de las grandes entidades financieras y de los accionistas destacados- para entrar en Repsol con la compra del 29,9% de las acciones.

Puntualiza Santiago Carcar en El País que la petrolera extracomunitaria acepta, a cambio, la condición más importante explicitada ayer mismo por el Gobierno para que sustituya a SacyrVallehermoso como primer accionista de la petrolera: que la dirección siga siendo española. Todo, señalan fuentes al tanto de las negociaciones, para poner un pie en el sector energético de un país de la UE de la forma más pacífica posible.

La encargada de concretar la posición del Ejecutivo español, en una declaración leída y muy medida, fue la vicepresidenta primera, Maria Teresa Fernández de la Vega. «El Gobierno», aseguró en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, «desea primero la fortaleza económica de nuestras empresas por el bien de la economía española, y en segundo lugar que siga siendo una empresa dirigida por españoles con un plan industrial que sea positivo para el interés estratégico de la garantía de suministro», afirmó.

La operación de entrada de la compañía rusa en Repsol YPF, con la compra de hasta el 29,9% de las aciones (20% de Sacyr y 9,9% de otros accionistas, entre ellos La Caixa y Mutua Madrileña) se ha acelerado. De hecho, los bancos que financiaron la entrada de SacyrVallehermoso en Repsol YPF se reunieron para analizar la operación y La Caixa, que también asistió al encuentro, declaró su interés en participar en el buen fin del acuerdo.

Lukoil estaría dispuesta a asumir los créditos de Sacyr-Vallehermoso que tienen como garantía las propias acciones de la petrolera. En total, 5.200 millones de los 6.500 millones que pagó en su día SacyrVallehermoso por el paquete de la petrolera. Otros 3.000 millones, destinados a comprar el 9,9% restante estarían siendo negociados con otras condiciones.

La fórmula de entrar en Repsol YPF asumiendo la deuda del vendedor y negociando garantías con los bancos acreedores puede explicar por qué Lukoil acepta salvar a la petrolera española de la agonía de su primer accionista, sin más pretensiones que la de entrar en el consejo. Sin mandar.

«Es una fórmula ya conocida», sostiene un destacado financiero que reclama el anonimato, «en realidad, no ponen un euro. Reciben un crédito que garantizan con acciones de la compañía y si les va bien, es decir, si por ejemplo la Bolsa se recupera, asumen sus obligaciones. Si les va mal, dicen adiós y las acciones se las queda el banco».

Más simple -y al fin más barato- que comprar acciones de Repsol YPF en Bolsa, por baratas que éstas estén. En todo caso, fuentes financieras apuntan que deberá desembolsar parte de la inversión en efectivo y aportar garantías extras.

Aunque el riesgo que asume Lukoil sea sólo relativo, es una solución que conviene a todas las partes. En medio de una crisis mundial, con el dinero escaso y el grifo bancario seco, en Repsol se planteaba el viejo problema de cómo cuadrar un círculo. Primero, salvar a un grupo constructor como SacyrVallehermoso, ahogado por una deuda que supera los 18.000 millones.

Segundo, encontrar un inversor dispuesto a pagar -al menos nominalmente- un precio muy superior al que marca el mercado en estos momentos sin ceder el control de la compañía. Y tercero, salvar la cara de un Gobierno que no podía permitirse un estallido de la constructora que afectaría a una multinacional vital para la economía y la seguridad energética del país.

«Es la solución menos mala», señalaba una fuente de la petrolera española. Más si se tienen en cuenta las diferencias de criterio surgidas en torno a la operación, no sólo en el seno del Gobierno, sino también en el seno de la parte vendedora, SacyrVallehermoso. El grupo que preside Luis del Rivero no encontró compradores al precio que exigía, los 26,7 euros de media que pagó por acción al entrar en Repsol. Los contactos que mantuvo con Total, Shell y Rosneft, entre otras compañías, no tenían resultados y mientras, la deuda ahogaba cada día más al grupo constructor.

En ese contexto, señalan las fuentes consultadas, el papel del presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, y de personas clave en SacyrVallehermoso como Juan Abelló y Demetrio Carceller -ambos consejeros de Repsol- habría sido vital para encontrar una salida conveniente para todos.

Pero la operación no está cerrada y queda mucha polémica todavía. El PP no ceja en sus críticas al Gobierno por no frenar la entrada rusa en Repsol mientras la Comisión Europea anuncia que vigilará atentamente una operación que, en principio, no puede frenar. Por el lado bursátil, también han surgido preguntas. La Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec) abogó ayer por que el Gobierno anime a Lukoil a lanzar una OPA sobre Repsol para beneficiar a los minoritariosl.

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