Un año después del escándalo ¿qué fue de Wolfowitz y su novia?

(Teresa Bouza/EFE).- Hace ahora justo un año, la reunión de primavera del FMI y el Banco Mundial (BM) giraba en torno a un tema poco habitual: el romance del entonces presidente del BM, Paul Wolfowitz, con una empleada de la institución, Shaha Riza.

El trato de favor dispensado por Wolfowitz a Riza puso en pie de guerra a los empleados del organismo, desató un escándalo que dio la vuelta al mundo y provocó finalmente la dimisión del polémico presidente del Banco.

Doce meses después, las aguas han vuelto a su cauce: el Banco Mundial tiene un nuevo presidente que da poco que hablar, al menos de momento, y los asistentes a la reunión de primavera que se celebra este fin de semana en Washington están inmersos en serios debates sobre la salud de la economía mundial.

Riza y Wolfowitz, que según algunos medios estadounidenses como el diario ‘New York Post’ se separaron a raíz del escándalo, viven, mientras tanto, existencias anónimas, muy alejadas del protagonismo mediático de hace un año.

La silenciosa reincorporación de Riza a su trabajo en el Banco es una buena prueba de ese anonimato.

La funcionaria del Banco Mundial, de origen árabe, fue transferida poco después de la llegada de Wolfowitz a mediados del 2005 a un puesto en el Departamento de Estado para evitar conflictos de interés, aunque a todos los efectos seguía siendo empleada del BM y disfrutaba de hecho de una abultada compensación.

Con la salida de Wolfowitz del BM se planteó su posible regreso, que se concretó finalmente en febrero de este año, aunque su reincorporación ha estado rodeada de tal reserva que muchos empleados no saben ni que está de vuelta.

En realidad, resulta imposible notar su presencia, porque Riza trabaja para el Banco «a distancia», para ser más precisos, según una empleada próxima a ella, «desde casa».

Varios empleados dijeron que el tema ha sido durante semanas objeto de rumores. Un portavoz del Banco confirmó que los rumores son ciertos.

«Shaha Riza acabó su servicio externo en febrero y reanudó (ese mismo mes) su empleo regular con el Banco», explicó un portavoz del organismo, quien indicó que la funcionaria trabaja como especialista en temas de género en el Departamento de Reducción de Pobreza y Gestión Económica (PREM). La empleada próxima a Riza también confirmó la noticia.

«Inicialmente, la empleada (Riza) trabaja a distancia fuera de las oficinas del Banco, según lo acordado con su supervisor y de acuerdo con las políticas del Banco», añadió el citado portavoz.

Lejos de las cámaras y taquígrafos

Algunos de sus compañeros señalan que es una «ironía» que Riza, que trabajaba como relaciones públicas en el Departamento de Oriente Medio antes del escándalo, haya dado tanta vuelta para volver al punto de partida: los temas de género en los que es especialista. Wolfowitz vive también alejado de cámaras y taquígrafos.

El ex número dos del Pentágono y uno de los principales arquitectos de la guerra de Irak trabaja como experto en temas de defensa y política exterior en el American Enterprise Institute, un centro de estudios conservador con sede en Washington.

Según la página web del instituto, Wolfowitz fue uno de los ponentes en un evento organizado el jueves por el centro con el intrigante título de ‘¿Es el libre comercio bueno para su salud?’.

A esa participación se suman otras en los últimos meses, incluido un evento sobre la cooperación en materia de seguridad entre EEUU y Japón y otro sobre la política agrícola estadounidense y el futuro del libre comercio.

Por otro lado, el Departamento de Estado anunció, a finales de enero, que Wolfowitz dirigiría un equipo de asesoramiento sobre control armamentístico y desarme. La decisión de la jefa de la diplomacia estadounidense Condoleezza Rice de incorporar a Wolfowitz al Departamento de Estado supuso su regreso al gobierno.

El ex halcón del Pentágono recibió la tarea de presidir el Consejo Asesor sobre Seguridad Internacional, encargado de dar asesoramiento independiente sobre la no-proliferación y otros asuntos similares.

En el Banco es difícil encontrar a alguien que lo eche de menos y se celebra el que un año después de la tempestad reine la calma.

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