Desde malta encuentros

Juan Ramón Moscad Fumadó

En recuerdo de Joan Baptista Humet

In Memoriam:
Habrá
que hacernos
a la idea
que sube la marea
y tu
ya no
estás aquí”.

Con esta
frase
de una
de sus
canciones
se accede
estos días a
la web de
Joan
Baptista
Humet

el cual nos ha dejado
de manera
inesperada.

Luego, al pinchar el enlace “ir a la web” nos metemos en la portada de la misma con esta foto.

Ha sido uno de mis cantautores preferidos, más bien “el preferido”.

Durante años, mientras estábamos escuchando sus canciones en cassettes y vinilos, algunos de ellos tan desgastados que algunas canciones ya se oían mal, él se fue a atravesar un desierto muy largo, demasiado, lleno de sentimientos, interrogantes, pero viviendo con el anzuelo siempre enganchado a la música.


Fueron 18 años que para él significaron lo que nos dijo en su último CD; el tiempo que tardó para decir luego “Sólo bajé a comprar tabaco”, del año 2004. Todos pensamos que para ir a comprar tabaco no hacía falta estar tanto tiempo.

Pero para las casas discográficas no tenía futuro. Alguna de ellas le retiró finalmente el contrato y, ¡claro! para una persona de elevadas miras, con ética diría yo, no apegada ni vendida a ningún poder político o institucional como han hecho otros muchos que sí han triunfado, lo tuvo muy duro y le costó convencerse y tomar la decisión de abandonar su carrera.

Una pequeña herencia obtenida años después le hizo poder financiarse para hacer el mejor CD de su vida y una web impecable. Pero creo que sólo hizo la presentación del mismo en dos o tres conciertos: Granada, Tarrasa, y…
Y nos cuenta ésos 18 años con ésta canción:

El regreso

De pronto un cable se le cruzó
ante aquel vértigo repentino,
cerró la puerta del camerino,
tiró la llave y desapareció.

Ya no tenía nada que contar
y le asustaba el peso del vacío,
o su propuesta era un desvarío
y no encontró nunca su lugar.

Y se bajó del tren, y hacía frío.

Por quince años pudo esconder
sus sentimientos a cal y canto,
sin compromisos ni desencantos
que le prendieran con alfiler.

A ras de suelo se reconcilió
con la frescura del desconocido,
haciendo suyos los contenidos
de las canciones que defendió.

Y se dejó llevar por el olvido.

Ay, señor compositor
y desaparecido,
¡qué puede haber
en los motivos de un desertor!

A saber si fue el placer
de nuevas utopías,
o fue su propia cobardía,
que le hizo ceder.

Un día vino a reconsiderar
si algunos cambios no estarán prohibidos,
si uno no es más que lo que siempre ha sido
y ya no hay forma humana de escapar.

Y se aburría tanto en su mudez
y le dolía tanto la cordura,
que decidió lanzarse a la aventura
y airear de nuevo su desnudez.

Y vio pasar un tren, y hacía frío.

Y la gente le preguntaba que cuándo iba a hacer más conciertos, le alababa sus letras y su música, y sus fans se volvían locos cuando le escribían comentarios en la web…
Y nos emocionamos porque cuando le vimos promocionar su último CD recuperamos la ilusión de volver a oir nuevas y buenas canciones de un gran poeta que percibía como nadie la realidad de la vida, lo cual demostraba con sus temas.

Y ahora, hoy que es un día gris para la música de los cantautores, Joan Baptista se nos ha vuelto a ir… pero, ¿cómo lo diría ahora?: ¿Sólo me fui a pasear por un camino sin fin? Pues no podría decirlo ya que como ha llegado porque el camino se acabó, no tendrá paseo de vuelta.

Seguro que le seguiremos escuchando y recordando, por mucho que esta industria que lo arrolla todo sin pretenderlo, insista.

Pero la canción imperecedera por la que siempre le recordaremos, aparte de otras no menos importantes, será:

Clara

Clara,
distinta Clara,
extraña entre su gente, mirada ausente.
Clara,
a la deriva,
no tuvo suerte al elegir la puerta de salida.
Clara,
abandonada
en brazos de otra soledad.

Esperando hacer amigos por la nieve
al abrigo de otra lucidez,
descubriendo mundos donde nunca llueve,
escapando una y otra vez.
Achicando penas
para navegar…
estrellas negras vieron por sus venas
y nadie quiso preguntar.

Clara
se vio atrapada,
abandonó el trabajo,
se vino abajo.
Clara
languidecía
perdida en un camino de ansiedades y ambrosías.
Clara
no dijo nada
y un día desapareció.

Recorriendo aceras dicen que la vieron
ajustando el paso a los demás,
intentando cualquier cosa por dinero
para incarse fuego una vez más.
Esa madrugada
Clara naufragó,
tenía el mar de miedo en la mirada,
las ropas empapadas
y el suelo por almohada,
y lentamente amaneció.

En la discografía de su web podemos escuchar sus canciones.

OFERTAS BRONCE

¡¡¡ DESCUENTOS ENTRE EL 1 Y EL 20% !!!

Desde el descuento más pequeño a las ofertas más increíbles, actualizadas diariamente

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Juan Ramón Moscad Fumadó

Ing. Técn. Industrial, Diplomado Empresa y Licenciado en CCEE y EE. Valencia. Tutor de Uned de Almansa. Ha trabajado en CTNE Barcelona y en Citesa (Alicante). Desde 1981 trabajó en la Central Nuclear de Cofrentes (Iberdrola) hasta 2014. Ha escrito libros de relatos: "Viajar es un placer, pero, viajar también te escalda" y "Stada Nova: La fórmula" en Editorial Trafford (Canadá), entre otros. Ha editado su CD "OTRAS FORMAS DE AMOR", como cantautor, etc

Juan Ramón Moscad Fumadó

Ing. Técn. Industrial, Diplomado Empresa y Licenciado en CCEE y EE. Valencia. Tutor de Uned de Almansa. Ha trabajado en CTNE Barcelona y en Citesa (Alicante). Desde 1981 trabajó en la Central Nuclear de Cofrentes (Iberdrola) hasta 2014.  Ha escrito libros de relatos: "Viajar es un placer, pero, viajar también te escalda" y "Stada Nova: La fórmula" en Editorial Trafford (Canadá), entre otros. Ha editado su CD "OTRAS FORMAS DE AMOR", como cantautor, etc

Lo más leído