Recibimos una carta de D. Renato Cuenca perteneciente a la asociación Iniciativa Ciudadana por Almansa (ICA) dirigiéndose a todos los almanseños y que titula «Nos van a machacar». La primera parte que publicamos hoy dice así:
(Parte I)
«A quién corresponda:
No lo entiendo, no lo consigo entender; lo siento. No comprendo como una ciudad de veintiséis mil habitantes y una comarca a su alrededor con una población potencial de entre cuarenta o cincuenta mil habitantes, se deja avasallar de esta manera.
No puedo entender como esta zona del sureste español que vió hace ciento cincuenta años como la modernidad y el progreso llegaban hasta sus habitantes a través de las vías del tren, ahora cierra los ojos, se tapa los oídos y calla la boca.
Es decir: admito el progreso, ¡cómo no!; hay que evolucionar, ¡claro que sí!, pero todo ello no debe ir en detrimento de la población y a costa de que para que unos ganen (en ahorro de tiempo), otros pierdan (en comodidad para acceder a un medio de comunicación, e incluso lleguen a perderlo).
No comprendo como este cambio sustancial que se le quiere dar a la Red de Ferrocarriles Españoles, viene respaldada y presentada a la sociedad española por un partido político que todavía conserva en sus siglas la S de socialista y la O de obrero.
¿Es que acaso los OBREROS van a poder permitirse usar el AVE?
No comprendo como a nivel de Almansa es el propio P.S.O.E. quien se ha aliado con el Ministerio de Fomento para sacar y alejar del casco de la población las vías del tren.
No puedo entender como destacados dirigentes del P.S.O.E. de Almansa asisten a las asambleas de los Afectados (“presuntos afectados”, ya que ese proyecto ni se ha contemplado por Fomento) por el Trazado Centro del AVE por Almansa. Las casas de esos vecinos se construyeron en su día mirando al tren que pasaba cerca y a sabiendas que produce ruidos cada vez que pasa uno de ellos.
No entiendo que la solución (para no detener el progreso) que se le ha dado al problema del AVE haya sido posible en ciudades como Talavera, Illescas, Villena, Játiva, Villarrobledo, etc., y no se pueda llevar a cabo en Almansa: me refiero al soterramiento de las vías para no alejarlas de la ciudad y sus usuarios.
No comprendo como naciones más avanzadas y más ricas como son el Reino Unido y Alemania (el país más extenso de Europa, sin contar a Rusia), ambas pertenecientes al elitista club del G-7, no estén nada interesadas en los trenes AVE y prefieran seguir usando, eso sí, modernizándolos, sus ferrocarriles convencionales.
Sí entiendo que en estos momentos de crisis económica (por fin el Presidente Zapatero dejó de llamarla “desaceleración de la economía”) sobre todo en el sector de la construcción, de donde comían millones de españoles e inmigrantes, haya que promover obras públicas e infraestructuras para el bienestar de la población, pero siempre y cuando no hagan daño a ciertos sectores de la misma.
Las grandes empresas constructoras españolas: SACYR, VALLEHERMOSO, A.C.S., FERROVIAL, etc., etc., tienen que seguir llenando sus arcas con este tipo de trabajos. Si caen estas empresas, muchos accionistas irán a la ruina. La nación necesita seguir adelante. Aunque unos pocos engorden sus bolsillos, otros muchos modestos obreros se beneficiarán.
Pero no comprendo el pasotismo de los almanseños en general ante este gran problema que se nos avecina. No puedo entender como ha habido que espolear a la población a que tome conciencia, a que se manifieste, y aún así la participación ha sido escasa.
Ya sé que el sentimiento socialista es mayoritario en Almansa, y que muchos que no entienden, o no quieren entender del tema, se fían de quien confían. Y muchos confían con los ojos cerrados en el P.S.O.E.; porque es más fácil creer que pensar, y sobre todo más cómodo.
Y muchos almanseños, que creen fielmente en el P.S.O.E., prefieren acatar lo que el partido les mande antes que ponerse a pensar si lo que el Ministerio de Fomento dictamina (está regido por el P.S.O.E.) es conveniente para su querida Almansa y para ellos mismos, si será o no beneficioso para la ciudad y sus habitantes cuando la obra esté terminada dentro de unos años.
Pero todos nos hemos rebelado alguna vez contra nuestros padres, que nos quieren mucho y bien, cuando hemos visto que su opinión no nos convenía. Cada uno aparte de sus convicciones políticas debe tener su criterio personal. Y debe ejercerlo.»
…
(Continuará mañana en «Carta a todos los almanseños: A quien corresponda (y II)»)
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