Desde el Atlántico

Carlos Ruiz

Israel preocupado por la victoria de Hezbollah sobre Al Qaida en Líbano

Hezbollah ha conseguido una importante, y difícil, victoria sobre Al Qaida en las montañas libanesas de Arsal. Esta victoria, conseguida con el apoyo de los Ejércitos de Líbano y de Siria, significa que el islamismo armado sunnita queda derrotado en Líbano. Este dato, sumado a su acción en Siria, demuestra que Hezbollah es la principal fuerza armada de Oriente Próximo junto al Ejército israelí. La aportación decisiva de Hezbollah para derrotar a Al Qaida y a ISIS en el Oriente Próximo merecería que se reconsiderara su calificación como grupo terrorista @Desdelatlantico.

I. LA COMPLEJA NATURALEZA DEL «PARTIDO DE DIOS» (HEZBOLLAH) LIBANÉS
Si bien en sus inicios Hezbollah practicó el terrorismo, desde hace más de una década (quizá más de dos, si excluimos el atentado -no aclarado- contra Rafik Hariri) no está judicialmente determinada su implicación en actividades terroristas. Por ello, para entender adecuadamente a Hezbollah hay que ver lo que es hoy, no lo que fue o pudo ser.
Los Estados Unidos calificaron el 8 de octubre de 2007 (no antes) a Hezbollah como organización terrorista (poco después del asesinato de Rafik Hariri, en el cual no está judicialmente determinada la implicación de Hezbollah). Por su parte, la Unión Europea en abril de 2014 calificó a la «rama militar de Hezbollah» (por tanto, no a «todo» Hezbollah) como organización terrorista… curiosamente cuando la participación de Hezbollah en Siria estaba desbaratando los planes de los terroristas islamistas apoyados pr Reino Unido y Francia.
Existe, en mi opinión, una falta de comprensión de lo que es Hezbollah. Hezbollah es un partido político legal en Líbano (la única democracia, con Túnez, en el mundo árabe), pero es más que un partido político. Hezbollah también dispone de un Ejército propio, pero es más que una fuerza militar.
Para ayudar a entender a Hezbollah, sobre todo en su última etapa, debe recordarse su indiscutible compromiso con la unidad nacional y la independencia de Líbano que ha quedado demostrado, una vez más, en la batalla de Arsal.
Se ha sugerido, y me parece que es así, que para entender lo que es Hezbollah los lectores españoles deberían evocar lo que fue el Requeté. El carlismo fue un partido político, pero fue más que eso. El carlismo tuvo una fuerza armada, pero era más que eso. El carlismo estaba comprometido indiscutiblemente con la unidad nacional y la independencia de España. El carlismo fue una fuerza militar decisiva en la guerra de España de 1936, como Hezbollah lo ha sido en la guerra de Siria de 2011 o en el intento de exportar esa guerra a Líbano.
Tanto los carlistas en el pasado como Hezbollah reclutan sus combatientes entre gente del pueblo animados por una ferviente fe (católica, en el caso de los carlistas, islámica chiita en el caso de Hezbollah).

II. LA DECISIVA INTERVENCIÓN DE HEZBOLLAH EN SIRIA
Cuando estalló la guerra de Siria en 2011 Hezbollah no se implicó directamente en la misma desde el primer momento. Sólo en 2012 decidió entrar en apoyo del gobierno sirio cuando el ejército de Siria se mostró incapaz por sí solo de dominar la situación. Debe recordarse que el gobierno sirio apoyaba previamente a Hezbollah. Sin embargo, el envío de combatientes a Siria fue una decisión muy discutida porque era la primera vez que Hezbollah actuaba fuera de sus fronteras en un conflicto en el que no era parte directa. La intervención de Hezbollah estaba limitada a ciertos escenarios debido a la limitación cuantitativa de sus fuerzas armadas. Ahora bien, esa intervención resultó decisiva en batallas tan importantes como la de Zabadani, en 2015. Zabadani es una localidad montañosa siria cerca de la frontera libanesa que resultaba clave para controlar la conexión terrestre entre Beirut y Damasco. Una victoria islamista en Zabadani hubiera podido significar no sólo la caída de Damasco, sino la posibilidad de que los islamistas pudieran penetrar con éxito en Líbano. No fue Zabadani el único escenario en el que Hezbollah ha sido decisivo en Siria. Su intervención en Homs en 2014 (también cerca de la frontera de Líbano y en el eje que une a Damasco con las grandes ciudades del norte de Siria) fue igualmente esencial.

III. ARSAL, EL «TORA BORA» LIBANÉS
La derrota en Homs en mayo de 2014 de los islamistas apoyados por «Occidente» (USA, Reino Unido, Francia), Israel, Turquía y las monarquías del Golfo fue uno de los momentos clave de la guerra de Siria. Fue meses después cuando los islamistas derrotados en Homs cruzaron la frontera sirio-libanesa para buscar refugio en las montañas de Arsal. Allí, como si fuera la «Tora Bora» afgana, aprovecharon cuevas y construyeron túneles para establecer una posición inatacable.
El Ejército libanés intentó varias veces desalojar a los islamistas de Arsal, pero a pesar de su enorme entrega, no pudo conseguirlo por la gran dificultad de acceder a las posiciones islamistas.
En mayo de 2017, Eliah Magnair (o Magnier en su transcripción inglesa), que para mí es uno de los periodistas mejor informados, y que mejor informan, sobre la guerra de Siria y, para mí, el mejor informado sobre Hezbollah, anunció que Hezbollah preparaba el asalto a Arsal después del mes del ramadán.
Pocos expertos militares consideraban que este intento pudiera tener éxito. El escenario en el que se ha desarrollado la batalla de Arsal ha sido quizá el más difícil al que se ha enfrentado Hezbollah en toda su historia. Pero además, y por si fuera poco, Al Qaida situó en Arsal a sus mejores combatientes. A pesar de todo ello, en una impresionante demostración de fuerza, Hezbollah ha conquistado Arsal en un tiempo récord. Al Qaida ha capitulado.
Es importante aclarar que Hezbollah ha dicho que una vez conquistado Arsal entregará el territorio al Ejército de Líbano.

IV. LAS CONSECUENCIAS DE LA BATALLA DE ARSAL: PREOCUPACIÓN EN ISRAEL
La victoria de Hezbollah en Arsal tendrá inmediatas consecuencias internas y externas.
Internamente, esta victoria contribuirá a la pacificación de Libano.
En esta batalla, Hezbollah no actuó solo. Tuvo la colaboración del Ejército del Líbano y, al otro lado de la frontera, del Ejército de Siria, por más que la parte más difícil de la operación fuera ejecutada por Hezbollah. La victoria de Arsal tendrá un efecto disuasorio sobre los elementos islamistas sunitas que, varias veces (sobre todo, en el Trípoli libanés), han intentado sumir a Líbano en el caos.
Externamente, esta victoria supone un salto cualitativo para Hezbollah. La implicación en la guerra de Siria, a pesar del coste humano que ha tenido, ha servido para dotar a los militares de Hezbollah de una excelente preparación para el combate. En 2006, Israel por primera vez desde su fundación no fue capaz de ganar una guerra contra los árabes. Su adversario fue Hezbollah. Desde entonces, Hezbollah ha mejorado, sustancialmente, su capacidad militar. Esto significa que el adversario militar más peligroso para Israel en el Oriente Próximo es Hezbollah. Algunos podrían pensar que, precisamente por eso, querrán destruirlo. Pero, teniendo en cuenta la experiencia de 2006, precisamente por eso, será muy improbable que Israel vuelva a aventurarse en el Líbano.
Finalmente, conviene llamar la atención de un hecho importante. Hezbollah ha hecho mucho más que la «coalición» liderada por los Estados Unidos y que la propia Rusia contra Al Qaida e ISIS. Al Qaida e ISIS han atentado en Europa y Estados Unidos. Hezbollah no. Parece que ha llegado la hora de reconsiderar la calificación, total o parcial, de Hezbollah como organización «terrorista».

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Autor

Carlos Ruiz Miguel

Catedrático de Derecho Constitucional Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental Universidad de Santiago de Compostela

Carlos Ruiz Miguel

Catedrático de Derecho Constitucional
Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental
Universidad de Santiago de Compostela

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