Desde el Atlántico

Carlos Ruiz

14-N-1975: Clave de la nueva política exterior y del futuro económico de España

La economía española de los próximos años dependerá también de lo que se haga con la política exterior Estamos ante vísperas de unas importantísimas elecciones legislativas en España que giran en torno a la economía. Pero sólo un ignorante en economía sabe que ésta no se fundamenta a sí misma, sino que lo hace en un dato extraeconómico: la confianza. Pues bien, en esta situación crítica en la que nos encontramos, resulta imprescindible la toma de posición sobre el acuerdo de Madrid, de 14 de noviembre de 1975 que entregó el Sahara Español a Marruecos y Mauritania violando la legalidad internacional y nuestros compromisos. La decisión del nuevo gobierno sobre el acuerdo de Madrid de 14 de noviembre de 1975 tendrá grandes, positivas o negativas, consecuencias económicas. Porque esa decisión enviará un mensaje transcendental: ¿es España un Estado fiable?

I. EL ACUERDO DE MADRID DE 14 DE NOVIEMBRE DE 1975: VIOLACIÓN DE LA LEGALIDAD
La legalidad internacional imponía, y España se comprometió a ello, a celebrar un referéndum de autodeterminación en el Sahara Occidental.

Sin embargo, el día 14 de noviembre de 1975, el gobierno español negoció y firmó, en secreto, junto a Marruecos y Mauritania un acuerdo, la «Declaración de principios entre España, Marruecos y Mauritania sobre el Sahara» (conocido como «Acuerdo de Madrid»). Ese acuerdo estipulaba el establecimiento en el Sahara Occidental de una administración, temporal (como máximo hasta el 28 de febrero de 1976) y tripartita para pseudo-descolonizar el territorio SIN UN REFERÉNDUM DE AUTODETERMINACIÓN.
Junto a ese acuerdo político se firmaron varios acuerdos, también secretos, entre España y Marruecos sobre fosfatos y sobre pesca.

Esos acuerdos no fueron validados por la comunidad internacional. En efecto, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó dos resoluciones (3458A y 3458B) en las que:
– se rechazaba la transferencia a una entidad tripartita España-Marruecos-Mauritania de la cualidad de potencia administradora del Sahara Occidental que corresponde sólo a España, y en consecuencia sigue considerando que la «potencia administradora» es España;
– se rechazaba que la descolonización se pudiera hacer sin un referéndum de autodeterminación, y en consecuencia se exigía a la nueva administración de facto que celebrara tal referéndum.

II. EL ACUERDO DE MADRID DE 14 DE NOVIEMBRE DE 1975: VIOLACIÓN DE DE NUESTRO HONOR
El día 2 de noviembre de 1975, el príncipe Juan Carlos, jefe de Estado en funciones, dijo que «España cumplirá sus compromisos». No sabemos si había compromisos «secretos» ese día de Don Juan Carlos con Hassán II. Pero sí sabemos que España tenía compromisos públicos y solemnes ante la comunidad internacional. Y esos compromisos, públicos y solemnes, eran el de defender el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui organizando un referéndum de autodeterminación.

El padre del rey, Don Juan de Borbón (llamado por algún orate como «Juan III»), había tenido reuniones con Hassán II. Qué se negoció exactamente, no lo sabemos, y quien lo sabía (Manuel Prado y Colón de Carvajal) no lo ha querido contar.
Pero lo que sí sabemos es lo que dijo el propio Juan de Borbón sobre la crisis del Sahara:

«Nuestros intereses en el Sáhara son simplemente los intereses de los capitales puestos allí en juego; y por esos intereses hoy no se lleva a las gentes a pelear y a morir (…). ¿Por qué poner en riesgo, a cuenta del Sáhara, ni una sola vida?»
(Juan de Borbón, conde de Barcelona en Don Juan: un reinado a la sombra, de Víctor Salmador, Planea, Barcelona, 1976, págs. 300-301)

Esta idea expresada por Juan de Borbón es la que no se cansó de repetir el lobby pro-marroquí español. El Sahara no merece la pena poner en peligro «ni una sola vida».
Sin embargo… son muchos los que con nacionalidad española han perdido la vida a manos de las fuerzas del rey de Marruecos.
Y, lo que es más importante: nuestros intereses no son «simplemente los intereses de los capitales puestos allí en juego». Porque en la economía para que los capitales no corran riesgo deben estar respaldados por un Estado que genere confianza, que genere respeto. Y no parece que un Estado que incumple sus compromisos internacionales pueda generar confianza y respeto.

III. EL ACUERDO DE MADRID DE 1975: UNA LOSA SOBRE EL PRESTIGIO INTERNACIONAL DE ESPAÑA PARA HACER FRENTE A LA CRISIS ECONÓMICA
El Acuerdo de Madrid de 1975 es ya evidente que ha sido un fracaso. La prueba es que la Asamblea General de Naciones Unidas sigue discutiendo, a día de hoy, la descolonización del Sahara Occidental.
El acuerdo de Madrid de 1975, por lo demás, fue incumplido por el propio Marruecos que no respetó los compromisos adquiridos con España en materia pesquera y engañó a España en relación con los compromisos adquiridos sobre el fosfato. Y es que un Estado que dejó de hacerse respetar no podía hacer respetar «los intereses de los capitales».

36 años después España se enfrenta a una gravísima crisis económica, provocada por el mismo gobierno, el de Rodríguez, que ha llevado el entreguismo ante el monarca alauita hasta extremos de abyección.
Algunos repiten, como muñecos, ante esta situación aquella frase de «Es la economía, estúpido».
Pero los que no ignoran qué es la economía, podrían contestar que, antes que la economía ¡es el respeto y la confianza, estúpido!
España debe reparar el daño sufrido en su honor. España debe demostrar que no importa los años que hayan transcurrido, al final, cumple sus compromisos. Y que, precisamente, porque es un Estado honorable, se puede confiar en él.

Que nadie se llame a engaño. La economía no está desligada de la política exterior. Y no habrá en España política exterior digna de tal nombre mientras no haya una definición de cuales son nuestros intereses. Y uno de esos intereses, el más elemental es éste: respetar los compromisos solemnemente asumidos.

CODA
¿Cuantos periódicos españoles del lunes 14 de noviembre de 2011 recordarán el «Acuerdo de Madrid» de 14 de noviembre de 1975? Al escribir estas líneas no los he visto, pero lo veremos en unas horas. Pero avanzo mi opinión: ninguno.
Y, sin embargo, esa es una fecha clave, no sólo del pasado, sino para el futuro.

POST-DATA
Examinada la prensa de hoy me temo que, otra vez, he vuelto a acertar.
Ningún periódico habla de este aniversario.
Esta es la realidad de la llamada «memoria histórica» promovida por el gobierno actual.

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Autor

Carlos Ruiz Miguel

Catedrático de Derecho Constitucional Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental Universidad de Santiago de Compostela

Carlos Ruiz Miguel

Catedrático de Derecho Constitucional
Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental
Universidad de Santiago de Compostela

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