Córdoba no ha sido elegida como Capital Europea de la Cultura para el año 2016. En su lugar, oh casualidad, ha sido elegida San Sebastián, en manos de la coalición filoetarra «Bildu» que, gracias a las presiones de Rodríguez Zapatero, fue legalizada por el Tribunal Constitucional de forma escandalosa. La derrota de Córdoba, por cuya provincia es diputado nacional Moratinos, se añade a la derrota en la elección de la FAO.
Vaya una cosa por delante. Conozco San Sebastián y conozco Córdoba. Ambas son hermosas ciudades, aunque, lo confieso, tengo un especial cariño a Córdoba. Pero al margen de la belleza de las ciudades aquí estamos ante una decisión que tiene raíces y alcance político.
Y para darse cuenta de ello baste examinar el contexto político de ambas ciudades.
Por un lado, Córdoba.
La candidatura de Córdoba estuvo defendida por Rosa Aguilar, ex-alcaldesa de Córdoba y, tras dejar IU para afiliarse al PSOE, consejera de Agricultura de la Junta de Andalucía, de donde saltó a su actual puesto de ministra de Agricultura. Ministra que estuvo este fin de semana en Roma apoyando la candidatura derrotada de Miguel Ángel Moratinos Cuyaubé, ex-ministro socialista de Exteriores, que es diputado nacional del PSOE elegido por la provincia de Córdoba.
Por otro lado, San Sebastián.
La candidatura fue presentada en su momento por el alcalde del PSOE, Odón Elorza. Pero ahora, en el momento de la decisión, San Sebastián, como Guipúzcoa, se ha convertido en un territorio en manos de una organización política filoterrorisa, «Bildu». Una organización que no habría alcanzado la alcaldía si el Tribunal Constitucional no la hubiera legalizado, plegándose a los demenciales planes del presidente Rodríguez violentado la Constitución para anular la sentencia del Tribunal Supremo que declaró probado que «Bildu» forma parte de la estrategia de ETA.
Estamos ante algo más que cultura.
Estamos ante una elección que avala a una ciudad que está en manos de un partido filoterrorista dejando de lado a una hermosa ciudad defendida directamente por una ministra y un ex-ministro del Gobierno.
Otro fracaso del Gobierno Rodríguez.
