Desde el Atlántico

Carlos Ruiz

La sanidad acaba con la ilusión del Estado autonómico y social

La Cataluña autonómica, el “faro” de los nacionalistas anti-españoles del más variado pelaje, está arruinada. Y esto nos lleva a dos reflexiones importantes que prueban que el Estado autonómico es quien está cargándose al Estado social.

La primera es que buena parte de este descomunal déficit se debe, precisamente, a que la Sanidad es “autonómica” y no nacional. Si hubiera una Sanidad unitaria el coste del mismo servicio sería menor. El prestigioso economista Juan Velarde lo ha explicado perfectamente en estas páginas de ABC el 25 de abril. Los grandes proveedores de equipos para la Sanidad forman un oligopolio de oferta. Cuanto menos entidad tiene el demandante, menos posibilidades tiene de presionar una baja en el precio del bien suministrado. Es algo que puede entender cualquiera: una cadena importante de supermercado puede comprar a una empresa láctea los yogures que ofrece a sus clientes a precio más bajo que una cadena pequeña de supermercados. Si los “escáneres”, por ejemplo, se compraran desde una Sanidad nacional costarían mucho menos que se 17 pequeñas sanidades tienen que comprarlos en el mercado. ¡¡¡Es algo tan evidente!!!

La segunda es que llama mucho la atención que la Generalidad de Cataluña, a fin de acabar con este déficit, decida establecer recortes de personal en la Sanidad… en lugar de plantearse cerrar las carísimas “embajadas” que ha abierto por el mundo. ¿Cabe mayor prueba de que se sacrifica el Estado social en aras de la “construcción nacional”?

He insistido en estas páginas en una obviedad: el Estado autonómico actual está acabando con el Estado social. Y precisamente porque es una obviedad el rechazo de esta tesis denota dosis incomparables de cinismo. Algunos, en el colmo del descaro, llegaron a negar esta tesis era falsa porque, decían, eran las autonomías las que prestaban a cabo los servicios sociales. Sin embargo, ya dice el refrán que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo. La crisis de la sanidad catalana, la más grave en España, ha revelado a plena luz del día lo que algunos no nos hemos cansado (mal que les pese a otros) de repetir: que el rey (en este caso, la autonomía) está desnudo-a.

Hoy se celebra el 1 de mayo, la fiesta de los trabajadores. No parece que los sindicatos, subvencionados, quieran entender de qué va la cosa. Mientras tanto, se seguirá sacrificando el Estado social ante el “Moloch” autonómico. Pero ya no hay margen para engañar a los trabajadores.

NOTA:
Este artículo se publicó en el diario ABC, edición de Galicia, el día 30 de abril de 2010.

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Autor

Carlos Ruiz Miguel

Catedrático de Derecho Constitucional Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental Universidad de Santiago de Compostela

Carlos Ruiz Miguel

Catedrático de Derecho Constitucional
Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental
Universidad de Santiago de Compostela

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