Desde el Exilio

Miguel Font Rosell

La desesperante lentitud evolutiva de las sociedades pasivas y sus engreídos dictadorcetes de pacotilla

 

La Asociación de Promotores Inmobiliarios de la provincia de Pontevedra, APROIN, de la cual he sido fundador y su gerente a lo largo de cerca de veinte años, en colaboración con el Banco de Sabadell, ha llevado a cabo una jornada harto interesante relacionada con la innovación en el sector de la construcción, algo curioso en una ciudad como Vigo, condenada a la inexistencia de obra nueva, no solo desde hace ya algún tiempo, sino para largos años, y todo, desafortunadamente, debido al continuado y perenne proceder destructor de todo lo que representa cualquier perspectiva de avance de la economía de la ciudad por parte del personaje mas demagogo de su historia, Abel Caballero, su dictador alcalde, quien no solo ha conseguido paralizar el sector de la construcción desde hace ya varios años, sino que nada hace por permitir que cualquier proyecto de crecimiento y avance de la ciudad, que no sean sus horteras ocurrencias pueblerinas, contribuyan a que Vigo pueda seguir manteniendo ese status, desgraciadamente ya caduco, de considerarse el motor económico de Galicia, y todo ello ante el embobecimiento más o menos generalizado de una sociedad pasiva, indigna de las posibilidades que la ciudad atesora.
Escuchar, con tales perspectivas de aislamiento e imposibilidad de futuro, al menos a medio plazo, las pinceladas de modernidad y relación de las más actuales tecnologías al servicio del mundo de la construcción y de la promoción en general, aunque fuese en teoría, ha sido muy reconfortante para quienes siempre hemos apostado por la innovación, en un sector que aun se desenvuelve en términos tradicionales de pura artesanía.
Hay que felicitar a los organizadores por su correcta programación en cuanto a las materias a considerar, pues los dos conferenciantes que abordaron la jornada lo hicieron sobre todo aquello relacionado con los proyectos el primero (Jaime Vilar Alvarez), y sobre la demanda y las posibilidades de oferta en cuanto a la construcción y promoción de viviendas la segunda (Anna Guarner, directora de Innovación de Solvia).
Hoy la digitalización en materia de diseños de proyecto y en todo lo que representa su materialización sigue produciendo avances considerables, habiendo abandonado ya las dos dimensiones como vehículo de confección del proyecto, centrándose en la tercera dimensión desde donde modelar toda su morfología, creando virtualmente a escala una copia exacta de lo que ha de ser el edificio en el que entrar y recorrer no solo sus dependencias, sino toda su infraestructura, pudiendo alterar al momento no solo su funcionamiento, sino coordinadamente sus materiales, tratamientos, presupuestos y todo tipo de alteraciones, reformas y movimientos que ello requiera en función de nuevos planteamientos.
Por otra parte, los estudios mas recientes sobre nuevos modelos de sociedad, de familia, de convivencia y relación, han alterado considerablemente los planteamientos morfológicos de la vivienda tradicional, necesitando de planteamientos más personalizados, cambiantes, más adaptables a las necesidades de evolución de la propia familia, al tiempo que se demandan viviendas más inteligentes, que puedan auto regularse, de bajo consumo energético, transformables, donde la domótica siga avanzando en una mayor gama de utilidades, desde facilitar al máximo la seguridad y las labores domesticas, hasta conseguir ambientes más agradables en cada momento en el que el “todo conectado” nos facilite nuestra interrelación con el mundo, e incluso en gran parte de los casos el tele trabajo, así como otras posibilidades derivadas de la comunicación, etc.
Curiosamente hoy se cumplen !quince años! del primero de mis muchos artículos abogando por la vivienda industrializada, algo natural en muchas regiones del mundo, mientras en España no pasa de ser puramente testimonial, con muy pocas experiencias rematadas y en Galicia cosa de marcianos, cuando ya hoy en día se están produciendo las primeras experiencias satisfactorias en construcción de viviendas por impresora, hasta el punto de haberse confeccionado grupos de viviendas en China, por ese procedimiento, en menos de 24 horas y con unos precios que no alcanzan los 4.000 euros por vivienda, algo que a la larga acabará por solucionar, muy probablemente, la necesidad de vivienda de amplias capas de la sociedad, hoy desasistidas en esta materia fundamental para el cobijo y la vida de las familias.
De mi libro titulado “Planeamiento y gestión urbanística. Su necesaria transformación radical en objetivos y actitudes” extraigo lo que ya publicaba entonces sobre el particular en su capítulo 19, “la industria al servicio del crecimiento de las ciudades”, donde se afrontaba la necesaria transformación de nuestros sistemas constructivos al amparo de nuevos conocimientos, y a los efectos de atender nuevas necesidades cada día mas crecientes y hacerlo con menores costes. Decía:
“La actual crisis, agravada enormemente en el sector de la construcción, requiere de nuevos planteamientos ya que después de todo esto, nada volverá a ser lo mismo. Con independencia de que el principal problema en cuanto al precio de la vivienda sigue siendo el suelo, la propia construcción debe evolucionar hacia sistemas mas racionales y económicos que seguir construyendo de forma totalmente artesanal, edificio por edificio, pero no huyendo de su calidad y a costa de ella, sino simplificando procesos, no solo con economías de escala, sino diseñando los proyectos de manera que se puedan normalizar ciertas unidades de obra, ahorrar tiempos y utilizar materiales mas coherentes con procesos mas simples, menos costosos y mas ecológicos.
Las fachadas ventiladas suponen el impedir la entrada de agua en los edificios, abandonando una construcción tradicional en la que el agua empapaba las fachadas que debían desaguar desde dentro, a través de cámaras de aire nada fiables, y secando el edificio por dentro, lo que finalmente se traducía en humedades, fisuras, y un uso excesivo de energía en calentar, etc. El sistema permite además un secado rápido de la fachada al circular interiormente una corriente de aire que la seca. En la cámara externa se puede esconder la instalación de gas, al igual que las ventilaciones de cocinas para ese uso. La fachada interior no sufre diferencias de temperatura por lo que se evitan fisuras, etc. Actualmente estas fachadas se construyen ya en una variedad de materiales considerables, desde piedra, a cerámica, aluminio, plásticos, materiales sintéticos, etc.
Forjados de losas o prelosas armadas con hormigón celular y preconducción de instalaciones, prefabricados que incorporan los huecos, encofrados deslizantes, escaleras prefabricadas o por tramos, prefabricación ligera de componentes, etc.
La utilización de albañilería seca aligera los edificios, con ahorro de hormigón y hierro en la estructura, necesita mucha menos agua, no precisa de romper paredes recién hechas para empotrar instalaciones, es mas limpia al no producir escombros, no produce puentes térmicos, es mas lógica en cuanto a canalizaciones, requiere menor tiempo de construcción, montadores mas especializados lo que supone una garantía, aísla mejor tanto térmica como acústicamente, etc. También se pueden utilizar paneles deslizantes en determinadas partes de la vivienda a fin de contar con la posibilidad de redistribuir en función de las necesidades de cada momento, etc.
La estandarización de huecos abarata considerablemente la carpintería exterior. No tiene sentido medir huecos y confeccionar cada ventana con distintas dimensiones en función del hueco de obra que nos haya quedado, lo que encarece enormemente el resultado final. El vidrio para ventanas oscila en cuanto a sus precios en función de determinadas dimensiones estandarizadas. Si comenzamos a la hora de diseñar, por ajustar la ventana al tamaño del vidrio estandar que mas se adapta a nuestras necesidades, a partir de ahí fabricamos el aluminio o el PVC y nos sometemos a ese hueco, invirtiendo el proceso, la fabricación es mas rápida, los errores menores y el precio baja considerablemente sin haber mermado para nada la calidad.
El remate de los edificios con terraza, tanto si hay áticos como si no los hay, construyendo una cubierta invertida, posibilita tanto la impermeabilización como el aislamiento térmico y nos evita tener que llevar a cabo una cubierta tradicional con el coste que ello significa, pudiendo ser visitada, evitando riesgos y dándole usos, de los que una cubierta inclinada carece.
Es conveniente estudiar tanto la ocupación de pilares como de bajantes y shunts, para que todas ocupen lo mismo por planta, aunque haya que perder pequeños espacios de relleno, ya que de esa forma la distribución en planta será la misma y en las mismas dimensiones de manera que determinadas dependencias como cuartos de baño y cocinas puedan modularse convenientemente.
En cuanto a los sótanos para garaje, en proyecto debemos exigir que cada planta responda en estructura a su finalidad, evitando diseñar la estructura únicamente en cuanto a las necesidades de distribución en viviendas, bajando los pilares y distribuyendo luego el garaje en función de lo que resulte, lo que no deja de ser una barbaridad y una perdida de plazas, siendo el máximo aprovechamiento de estas lo que debe regir a la hora de proyectar el garaje, con plazas anchas y cómodas. Lo mismo es válido para los trasteros que deben ser amplios y bien aislados ya que cada vez es mayor la necesidad de este tipo de dependencias para cualquier vivienda.
Las plantas bajas, actualmente y debido a la proliferación de centros comerciales, cada día tienen menor salida como locales comerciales, sobre todo si no están en primera línea en calles importantes. En caso de poder retranquear el edificio, una salida es la de proyectar viviendas en planta baja con un pequeño jardín, tanto delante como atrás, separando con ello la propia vivienda de la alineación de la calle. Otra salida es la de destinar la planta baja a garajes, y si el cómputo de edificabilidad lo permite, agotar esta en las plantas altas y dejar los bajos parcialmente porticados, al menos en su frente, consiguiendo un porche que además puede proteger los bajos de la lluvia, incluir los servicios comunes y explotarlos con reciclajes de basura, de aguas, garaje de motos y bicicletas, juegos de niños, lavandería, etc.
Todos estos apuntes sobre racionalización en la construcción de edificios de viviendas, tienen su compendio aglutinador en la industrialización, un fenómeno increíblemente ajeno, de momento, al normal proceso constructivo.
Muchas veces hemos comparado el proceso de fabricación del automóvil con el de la vivienda, la seriedad de unos y la ligereza en otros, etc. Algo que fundamentalmente se distingue en dos tipos de proceso, el estrictamente industrial (el automóvil) y el puramente artesanal (la construcción). El paso de este segundo tipo de proceder, al primero, quizá sea la base de nuestro futuro.
Como síntesis de todo ello podemos recurrir finalmente a la construcción a base de sistemas modulares industrializados que están en el mercado.
Los sistemas tradicionales de construcción suponen un consumo elevado y descontrolado de energía y emisiones de CO2, con escasa cualificación en los procesos constructivos, precariedad laboral, subcontrataciones en cadena, fragmentación en pequeñas empresas sin estructura de responsabilidades y absoluta falta de predisposición al I+D+i.
Por el contrario la industrialización, al producirse en fábrica, permite una mejor gestión de los recursos aplicados y un mayor reciclaje, con mejoras en el ambiente laboral, mayor seguridad en el trabajo, mayor ámbito de aprendizaje con mayores posibilidades de promoción laboral y profesional, mayor limpieza, reducción de costes, mejor control de calidad, mayor uniformidad en los tratamientos, menor personal en obra, ausencia de residuos, mínimo movimiento manual de cargas, etc.
Estamos hablando de industrialización más que de prefabricación, de trabajar en serie, ensamblar, montar, fabricar, optimizar recursos y procesos, aprovechar la industria actual, lanzar nuevos retos y necesidades, innovar, procesar, planificar, controlar, cumplir plazos y presupuestos, etc.
Desgraciadamente son muy pocas las empresas que han iniciado el camino en España. De ellas y únicamente a modo de referencia y como ejemplo a seguir, podemos consultar las siguientes páginas: www.habidite.com, o www.a-cero.com que cito exclusivamente para tener una ligera idea del campo abierto al que hacemos referencia.
Sin duda alguna este es el futuro de la construcción, y Vigo con su industria auxiliar del automóvil y de la construcción naval, tiene mucho que decir al respecto, pudiendo ser pionera y abrir nuevos campos inéditos actualmente y para los que está bien preparada.
La construcción de los modernos trasatlánticos, no es mas que eso, es una construcción industrializada modular fabricada y controlada en el seno de una nave de producción y simplemente montada posteriormente, no para ser aplicada a viviendas unifamiliares (prefabricados), sino a un edificio complejo de vivienda colectiva, de lo que podrían aprovecharse perfectamente gran cantidad de empresas viguesas, tanto del sector del automóvil como del naval, estableciendo en sus empresas sectores destinados a tal cometido a través de proyectos de I+D+i al efecto, a través de los que abrir un campo hasta ahora prácticamente inédito en España, forma clara de abaratar el precio de al vivienda.”
En cuanto a esto último, he de decir que visité en su día el astillero más puntero de nuestra ria a los efectos de proponer lo expuesto, lo que fue tomado poco menos que por una excentricidad, evidenciando con ello lo distantes que aun estamos de un mundo que evoluciona a otro ritmo que el desesperadamente cansino de nuestros arcaicos planteamientos, incluso cuando de empresarios se trata.
Siguiendo esa linea apuntada, hoy el futuro inmediato, como exponía, está en la vivienda elaborada a través de macro impresoras 3D.
Para mayor comprensión de este nuevo paso fundamental en la historia de la tecnología aplicada, traslado parte de un artículo sobre el particular publicado en el Huffington Post:
“La revolucionaria impresión 3D es una de las tecnologías que más ha dado que hablar en la última década. Algunos consideran que supone el inicio de una nueva revolución industrial. Fue un invento de Chuck Hull, un ingeniero americano. Inicialmente, bautizó este proceso como estereolitografía y lo patentó en 1986. Se trata de una técnica que permite unir moléculas mediante el uso de luz láser ultravioleta para crear formas sólidas a partir de líquido fotopolimérico.
Cuando esta tecnología se introdujo en el mercado, sectores como el automovilístico la empezaron a utilizar para lo que comenzó a denominarse como prototipado rápido. Su mayor ventaja es que no requiere moldes y, por tanto, no produce residuos, a diferencia de las técnicas empleadas hasta la fecha, en las que se da forma a un material y el excedente se descarta.
En la impresión 3D, los objetos se construyen capa por capa, idea que proviene de la impresión con tinta, la cual se aplica también por capas encima del papel. Si repitiéramos el proceso de impresión tradicional una y otra vez, pero con materiales más sólidos en lugar de tinta y con ligeros desplazamientos para crear movimiento en las capas obtendríamos una impresión 3D.
Curiosamente, un proyecto de la empresa china Winsun, que consiste en la impresión de casas a partir de hormigón y materiales de construcción reciclados nos sirve como ejemplo. Es una de las referencias que más expectación genera en este contexto. El fabricante declara que el ahorro es considerable: si lo comparamos con el promedio de un proyecto de construcción tradicional de una vivienda, se necesita un 60% menos de material, el 70% menos de tiempo y un 80% menos de mano de obra. La impresora está instalada en una fábrica y es de proporciones gigantescas: 6,1 m de alto, 10,1 m de ancho y 40,2 m de largo.
En otro orden, el proyecto de construcción de un puente en Ámsterdam, en el que el diseñador Joris Laarman colabora con MX3D (una empresa desarrolladora de impresoras de acero) y con Autodesk (los creadores de CAD), es cuando menos prestigioso. El puente de acero no se está construyendo en el mismo canal Oudezijds Achterburgwal, sino en una sala especialmente dedicada a ello en las instalaciones de MX3D desde el otoño de 2015. Se trata de un proceso de ensayo y error que tiene como meta encontrar diversas maneras de imprimir toda la estructura en una sola pieza. La impresión está programada para completarse en 2017. A partir de ese momento, Ámsterdam contará con el primer puente de acero impreso en 3D totalmente funcional, otra carrera por un récord mundial.
El profesor Achim Menges, por su parte, dirige el conocido Instituto de Diseño Computacional de la Universidad de Stuttgart. Tanto en este organismo como en sus proyectos de investigación, las posibilidades que ofrece la tecnología actual ya son una realidad. Es consciente de que la innovación invita a dejar atrás los patrones y corrientes de pensamiento antiguos. “En primer lugar, se utiliza la nueva tecnología para construir objetos de la manera tradicional, como lo demuestra el ejemplo de China, donde se están construyendo casas convencionales con impresoras 3D. No es hasta una segunda fase que se empiezan a diseñar y construir elementos con metodologías adaptadas exclusivamente al nuevo proceso”.
Así, “la tecnología de impresión 3D hará que la complejidad geométrica en la construcción de edificios se pueda llevar a cabo sin demasiado esfuerzo o coste adicional”, asegura Achim. “A su vez, este conocimiento transformará el proceso de diseño”. Igual que el desarrollo de los nuevos programas 3D y el software estático ha cambiado la estética de la arquitectura, lo mismo podría ocurrir con la impresión 3D. Además, no debemos olvidar que los elementos impresos pueden disponer de un mayor número de capas. “Podremos crear componentes de construcción muy complejos con propiedades hasta ahora prácticamente inviables. Estos podrán tener, por ejemplo, un extremo blando y otro rígido, gracias al uso de diferentes materiales en el proceso de impresión mediante una impresora que permita operar con múltiples materiales”, explica Achim.
Los entusiastas aseguran que nos encontramos ante el inicio de una nueva era. Si este tipo de tecnología se comparte y se hace accesible a todo el mundo, lo que se conoce como hardware libre, la impresión 3D podría cambiar el mundo. La fabricación de productos podría llevarse a cabo desde el salón de nuestros hogares, lo que se traduciría en una menor contaminación puesto que se reduciría la necesidad del transporte de mercancías.
No obstante, en lo que a arquitectura se refiere, la magnitud de los proyectos sigue siendo un obstáculo y los materiales necesarios en el sector de la construcción todavía se encuentran en fase de desarrollo para poder ser impresos.
Como vemos, la utilización de nuevos materiales, técnicas aplicadas mas acordes con las necesidades y más racionales en su proceder, han dado salida a la producción industrializada y de ahí a su evolución, hoy centrada ya en la impresión en 3D de grandes volúmenes con diversos materiales lo que permite una libertad de diseño a precios hasta ahora no conocidos en cuanto a las múltiples posibilidades que de ello se deduce.
Desgraciadamente, cuando esto tiene lugar en el mundo, en nuestras inmediaciones, alcaldes que están en las antípodas de toda evolución y que solo atienden a sus particulares ambiciones, que en su cómica egolatría son absolutamente ajenos a su parvedad, entonteciendo a sus ciudadanos a base de ofrecerles las naderías mas pueblerinas, acaban condicionando el devenir de nuestras ciudades, el progreso de sus habitantes y el desarrollo de la evolución en procesos industriales que contribuirían a la creación de nuevos puestos de trabajo, al prestigio de nuestra tecnología y a hacer un mundo mas asequible, más humano y más amable para todos.
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Miguel Font Rosell

Licenciado en derecho, arquitecto técnico, marino mercante, agente de la propiedad inmobiliaria.

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