Desde el Exilio

Miguel Font Rosell

¿Independentismo u odiopendentismo?

 

Hace ahora un par de días y haciendo honor a ese típico tópico de que los restos de cultura televisiva se ubican únicamente en la 2, tuve la satisfacción de encontrarme con un amplio reportaje sobre la obra y la vida del insigne arquitecto modernista catalán Lluis Doménech i Montaner.

Aunque siempre me he declarado español convencido, sobre todo por haber nacido en Cataluña, concretamente en el centro de Barcelona y contar con procedencia catalana en mis primeros 16 apellidos, el revivir la Barcelona de mi más absoluta admiración, de la mano de uno de sus más insignes arquitectos y sus obras, no contradice en absoluto el valorar también en la figura de Doménech su dedicación a la política catalana del momento, de un momento de esplendor en su economía, en el arte, en las letras y en su forma absolutamente moderna de ver una España que en Cataluña tenía sus más avanzadas propuestas, entremezcladas con el contraste de la perdida de las colonias.

Nace Doménech en 1850 en Barcelona, de familia acomodada dedicada a la tipografía. Tras sus estudios de física-matemática, tipografía e ilustración, se hace arquitecto, siendo posteriormente historiador, humanista y dominador de gran parte de las artes aplicadas, llegando a ser presidente del Ateneo Barcelonés. Catedrático de varias materias sucesivamente, en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, cuenta con destacados discípulos como Gaudí, Puig i Cadafalch, Jujol, etc.

Casado y con 8 hijos, lleva a cabo una importante obra arquitectónica entre las que destacan el Hospital de San Pablo, el Palacio de la Música Catalana, el Hotel España, la Editorial Montaner i Simón, las casas Fuster, Lamadrid, Thomas, Lleo Morera y tantas otras, siendo algunas de sus obras consideradas Patrimonio de la Humanidad.

En cuanto a su vida política, a la edad de 20 años se hace miembro de la Joven Cataluña y del Centro Catalán. En 1888 es Presidente de la Lliga de Catalunya y Presidente de la Unió Catalanista en 1892. En 1901 ingresa en la Lliga Regionalista, siendo ese año Diputado en Cortes en Madrid, por la Lliga, entre 1901-05.

Defendía una Cataluña libre, fuerte y autónoma, no independiente. Funda el semanario “El poble Catalá” en torno al cual se organizaría más tarde la futura Esquerra Republicana de Catalunya.

Su filosofía y su talante conciliador, quedan reflejados en estas palabras: “Hoy más que ayer conviene que la representación de las modernas clases, el capital, la inteligencia y el trabajo, dejen la lucha sorda y el odio que las conmueven y las consumen… conviene que reunidas vengan de nuevo a la luz pública a discutir, a resolver problemas, cada día nuevos, que entre ellos deben presentarse”.

Pasadas unas horas, ese mismo día en que la figura de Doménech i Montaner y su arte, el equilibrio y la belleza de sus obras me habían llenado de gozo y creencia en el ser humano, de noche y como resumen de lo acaecido en el Congreso de los Diputados en la sesión de investidura, tuve la sorpresa de ver la cruz de la moneda, en la figura de otro independentista catalán actual, radicalmente opuesto a la figura del primero, Gabriel Rufián Romero.

Como los apellidos los carga el diablo y siempre suelen responder a características esenciales del antepasado más o menos cercano por el que la sociedad lo identificaba, esperando que el interfecto no responda a la descripción que de tal término hace la RAE: “hombre vil y despreciable que vive del engaño y de la estafa”, me dispuse a conocer algo más sobre este joven extremista independentista sobre venido que, en este mundo cortoplacista en el que nos movemos, ya incendia las redes sociales.

Se trata de un diplomado en relaciones laborales, activista y perteneciente a la llamada “Plataforma Súmate”, un grupo de castellano hablantes que apoyan ¡la independencia de Cataluña!, quien tras no más de dos años de carrera política, se ha convertido en cabeza de lista de Esquerra Republicana de Catalunya al Congreso, partido catalanista que tras 85 años de historia a sus espaldas, le nombra ¡su portavoz! (en castellano).

De él ha escrito Sergi Pamies en La Vanguardia: “Tiene una cursilería low cost con toques de confucianismo de bazar que, si el espectador supera los primeros segundos de vergüenza ajena, puede degenerar en ternura. Hay que aplaudir el humor de los ingenieros que le diseñaron los terminales del habla. Le proporcionaron un talento compulsivo para recitar poemas voluntariamente trascendentes e involuntariamente autoparódicos. Unos poemas que alternan las parábolas agnósticas y un lirismo que, siendo indulgentes, deberíamos situar entre Miguel Hernández y Melendi».

Pero Rufián, tras conseguir el estrellato en Twitter, saltó a las tertulias de Catalunya Ràdio, a los digitales independentistas y de allí, al secretariado nacional de la Asamblea Nacional de Catalunya, aunque también se le ha podido ver en programas de medios de comunicación del nacionalismo español y catalán radical.

El primer vídeo que se puede encontrar con su nombre en Youtube data de agosto de 2014 y es una intervención en ‘El Punt Avui Tv’. Allí apuntaba ya frases como esta: “La legalidad española hay que violarla como Rosa Parks violó la legalidad negándose a ceder su asiento a un blanco”, o en otros medios: “Espero estar lo menos posible en el Parlamento de un país vecino”.

Su ñoñería discursiva se basa en el personaje que ha creado y que autodenomina “el poeta del olivo”, por su admiración por Lorca y por sus raíces andaluzas. Los abuelos son habituales en su mensaje, también los padres, jienense y granadina, quienes al parecer le han inculcado su querencia ¡independentista!, de forma que da gran importancia al estatuto familiar (soltero y con un hijo).

Ya en lo personal, y cobrando del paro, como que solo se puede cobrar la prestación de desempleo si te despiden, Rufián tuvo que rectificar y decir que él no dejó el empleo, que le echaron porque dedicaba demasiado tiempo a la liberación nacional, y ello de un empleo desconocido, ya que Rufián se niega a desvelar el nombre de esta empresa “por acuerdos de confidencialidad” (no olvidemos que ¡es diplomado en relaciones laborales!).

Curiosamente y aun habiendo nacido en Cataluña, siendo tan independentista y tras más de treinta años de “integración”, no habla catalán, lo cual no encaja demasiado con la dictadura local de la inmersión lingüística, que en caso de obtener la independencia le sería de obligado cumplimiento (¡a estudiar!).

En su declaración de bienes como diputado del Congreso, no figura más ingreso que su prestación por desempleo: 613,05 euros al mes, la propiedad al 50% de una vivienda en Sabadell (por pagar), una cuenta en el Banco de Sabadell con un saldo de 250 euros, otra en ING con saldo de 50 euros y un préstamo hipotecario de 178.500 euros del que queda por pagar 168.965 euros, situación de indiscutible quiebra manifiesta, que solo puede salvar el nuevo sueldo que como parlamentario del Parlamento español, que tanto aborrece, le estamos agenciando entre todos los españolitos.

Viendo esto quizá, y aunque ello sea muy políticamente incorrecto, la identificación de sus propias características con su apellido no resulte tan distante.

Es evidente que el paralelismo entre ambos personajes y su coherencia personal y política son imposibles de toda imposibilidad. El primero reclamaba para Cataluña un estatuto que el actual de la Generalitat ya supera en mucho en cuanto a atribuciones, mientras el segundo reclama la independencia inmediata del Estado español, en el que nació, del que vive, que le salva de la ruina y del que dice que cuando sean independientes pedirá la doble nacionalidad, algo que sin duda pretenden conseguir con la ayuda de Podemos, quienes se aprestan a hacerles el juego.

Don Miguel de Cervantes, gran conocedor de la condición humana ya alertaba a Sancho de algo parecido: “tengo por costumbre querido Sancho que, en viendo el burro venir, ya de lejos me apercibo sin confundirme, de las patadas que pudiera propinarme, por tanto mi fiel escudero, fíjate en los andares y si viéndolo retorcido y mal encarado vieres que arranca sin compostura hazte a un lado, que de estos con mala idea, sucios y desaliñados, mejor no tener contacto. Y hay que tener cuidado con tal calaña, que de ser menester utilizan a las más tiernas criaturas y hasta pretenden adoctrinarlas y que salgan de su mala hueste con títeres y cabalgatas. Y cuidado amigo Sancho, que son los mismos que luego cobran de berberiscos y de otros que más allá someten a sus pueblos y ello, tanto mal vestidos cuando procede el buen hábito, como vestidos de la más cursi casta, cuando no es tan menester”.

¡Ah!, la condición humana…

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Miguel Font Rosell

Licenciado en derecho, arquitecto técnico, marino mercante, agente de la propiedad inmobiliaria.

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