Miriam Blasco, pionera en deporte y en política

Miriam Blasco, pionera en deporte y en política

(Montse Coque, especial para PD).- Acostumbrados a dar lo máximo, aquellos deportistas que deciden dar el paso a la política coinciden en que se trata de un mundo mucho más competitivo que el deporte de élite. Es el caso de Miriam Blasco quien después de ocho años fuera de al alta competición, ocupa su escaño como senadora por Alicante por el Partido Popular.

Blasco, primer oro olímpico individual del deporte español, reivindica el papel de la mujer deportista en los medios que discriminan los éxitos obtenidos por éstas.

El papel de la mujer en el deporte tiene la misma importancia que el del hombre pero a la hora de los éxitos, los medios no prestan igual atención si son mujeres las que suben al podio. Esto hace que las jóvenes no tengan ese reflejo después y esto está pasando en cualquier deporte.

¿Es muy distinto el mundo de la alta competición a la política?

Es igual que cuando hacía Judo y estaba en la alta competición, en política funciono por objetivos; en el Senado se habla de deporte, cosa que antes no ocurría, y ahora se sabe de la importancia del deporte, sobre las ayudas que son muy necesarias. Del racismo y la xenofobia que, desgraciadamente, también han hecho aparición. Se ha hecho una ley del dopaje cuando antes había mucha falta de orientación en este tema.

En estos años se han hecho muchas más cosas que en todas las anteriores legislaturas y eso me alegra. He dado a conocer de forma objetiva como es la realidad del deporte y, al ser una voz experta independientemente de donde venga, se me respeta lo que digo y se considera. Hay mucha unidad en cuanto a esto, se ha creado una comisión para ver el futuro de los deportistas.

Creo que la función de los políticos es mejorar la vida de los ciudadanos y yo, en mi caso, mejoro lo que puedo dentro de mi campo. El deporte desarrolla valores y aleja a los jóvenes de drogas o vicios perjudiciales y fomenta un tipo de vida muy saludable. Pero no desarrolla valores por sí solo; primero hay que enfocarlos, fomentar que el ganar no es lo adecuado tampoco, la competición no es para todo el mundo, pero el deporte sí.

¿Eres consciente de lo que has aportado al judo español?

El Judo me ha hecho ser la persona que soy ahora mismo, es un deporte magnífico y altamente recomendable. Soy una persona que luchó por algo y dedicó muchos años de su vida por conseguir un objetivo y lo consiguió. Soy consciente que hubo mucha gente que lucho muchísimo también, no le acompañaron los resultados y no lo consiguió. Es como cuando estudias una carrera, acabas y apruebas su oposición. Creo que Barcelona 92 supuso un cambio para el deporte español, no creo que por ser la primera y coincidir ese día haya sido nada especial. Ahí muchas mujeres deportistas rompimos un molde y abrimos una puerta por la que luego ha pasado mucha otra gente.

¿Cómo fueron tus comienzos en el deporte?

Yo era una chica que quería ser bibliotecaria y estudiar Filología, que hacía judo porque le gustaba y llegaba al bronce en los campeonatos de España. Entrenaba con Alfonso Lago en Valladolid, luego vine a Alicante y comencé a entrenar con Sergio Cardell que había sido medallista en Europa y le encantaba la competición. Me dijo que, si haciendo el Judo que hacía -que no era demasiado-, ya conseguía medallas, si me dedicaba mas a ello podría hacer algo más y llegar muy lejos.

Me puse de lleno en la tarea y tuvieron que pasar tres años; en los dos primeros los resultados no eran los esperados aunque entrenaba a tope pero no tiré la toalla y me marque como último año de estar entrenando con esa intensidad el año 88. Yo ya tenía 24 años y quedé campeona España en categoría absoluta por primera vez, Sergio fue a la Olimpiada de Seúl y, tras ella, en agosto se sentó y charlamos. Me propuso el proyecto para la Olimpiada y a medida que pasaba el tiempo veía que se cumplían los objetivos marcados en la libreta de Sergio.

A partir del 88 y en los cuatro años posteriores mi vida era el judo, competiciones, viajes, entrenamientos por la mañana, trabajo de vídeo, descansos, entrenamientos por la tarde, trabajo psicológico… Empecé algo tarde a sacar resultados importantes pero los sacaba; estuve cuatro años centrada en un objetivo, prácticamente sin vida personal ni privada. Me casé y me separé después de los Juegos, era como dedicarte en exclusiva y de lleno a eso.

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