Bojan pierde su sonrisa

Bojan pierde su sonrisa

(PD).- No va bien las cosas cuando uno de los mejores equipos del mundo carga toda la responsabilidad a un chaval de apenas 18 años; tampoco cuando, de la noche a la mañana, este mismo jugador deja de contar para el técnico. Es la situación que vive Bojan quien, jugados cinco partidos oficiales, sólo ha disputado 54 minutos. Guardiola ha preferido, en cambio, a un Henry trasnochado o al recién ascendido Pedro.

Guardiola no encuentra la tecla adecuada. Como un director de un mal vodevil, el entrenador catalán ve cómo los esperpentos defensivos de sus jugadores a balón parado arruinan una obra que comenzó con muchas expectativas. La victoria frente al Sporting de Lisboa sólo ha maquillado otro de los problemas -la falta de puntería- pero ha acentuado la sensación de equipo débil y miedoso que perdió en Soria y empató ante el Racing en casa.

No es un problema tanto de la defensa, pues a balón parado defienden todos, como por los despistes o falta de concentración que acusan algunos de los jugadores. Y ahí se mira a los delanteros. Guardiola sigue confiando en Henry, Messi y Eto’o para componer el ataque con Bojan casi inédito. Aparte de los partidos de clasificación previos a la liguilla de la Champions, el ya internacional español apenas ha podido disputar media hora del partido contra el Numancia. Hasta Pedro, todavía Pedrito, ha jugado más minutos que él y Guardiola lo considera el primer cambio cuando las cosas se ponen feas.

Nadie duda de que Bojan es todavía demasiado joven para liderar este proyecto; no obstante, acaba de firmar la renovación y debutar -con cierta interés para evitar a Serbia- con la selección española. Si a esto le unimos el lamentable espectáculo que ofrecen sobre el césped Henry y Eto’o, es incomprensible la falta de minutos del chaval.

Como jugador, Guardiola era una extensión de Cruyff. Ahora está heredando sus defectos. Esa terquedad que llevó al holandés a cometer las tantas genialidades como estupideces; pero Guradiola no acierta. Se empeña con Henry, que no hace más que dar estertores futbolísticos, y con Eto’o, al que ya hipotecó su rendimiento cuando anunció su descarte. Sólo Messi pone algo de voluntad en galopadas sin sentido y regates fuera de lugar. El que fue revulsivo la pasada temporada, sin embargo, calienta banquillo por detrás incluso de otros futbolistas con menos galones. O reacciona y rectifica a tiempo, o Guardiola lo va a pasar muy mal esta temporada.

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