(PD).-A los 25 años, el vigente campeón de un Tour de Francia que ha decidido excluirle de la edición 2008, Alberto Contador ha vuelto a demostrar que es el mejor ciclista del pelotón internacional.
Y lo ha hecho a lo grande, imponiéndose en un Giro al que acudió ‘in extremis’ y al 80% de su mejor condición física, frente a un avispero de escaladores italiano que buscaron la ‘picadura’ más dolorosa en cada una de las rampas con que los Alpes y los Dolomitas han castigado a los corredores.
Quince años después del segundo triunfo de Miguel Induráin, en el segundo español que gana el Giro de Italia, cuya 91 edición se ha cerrado con una contrarreloj de 28.5 kilómetros en la capital lombarda, con Marco Pinotti como último vencedor parcial (32:45 minutos).
Desde que Miguel Induráin logró su segunda (y última) «maglia rosa» consecutiva en 1993, ningún español había pasado del segundo puesto en la ronda italiana: Abraham Olano en 2001 y José Enrique Gutiérrez en 2006. Unai Osa también estuvo en el podio con su tercer puesto en 2001.
Ahora, Contador, enrolado a última hora en el Giro tras la repentina invitación de los organizadores al equipo Astana, llegó a la última etapa con una exigua renta de 4 segundos sobre el italiano Riccardo Ricco (Saunier Duval) y una más holgada de dos minutos sobre Marzio Bruseghin (Lampre). El circuito era casi totalmente plano y, a priori, el trayecto favorecía a Contador sobre sus rivales directos en la general.
Todo estaba dispuesto y, como Induráin, el madrileño se disponía a conquistar la grande italiana después de haber ganado un Tour. En 1992 Induráin ganó la contrarreloj final y con ello su primera victoria final en el Giro. Contador (casi) emula al navarro. Se ha subido a lo más alto del cajón final. La etapa fue, sin embargo, para Pinotti.
La película de la contrarreloj
El primer registro destacable de la jornada lo obtuvo en meta el ruso Mikhail Ignatiev con 32:55, a una media de casi 52 km/h. Pero el italiano Marco Pinotti, campeón de Italia contrarreloj, batió su marca con 32:45 y permaneció al frente de la etapa hasta el final.
Con todo, el interés de la jornada se centraba en la lucha entre Contador y Ricco, segundo en la general a solo cuatro segundos del español. En el primer punto de control, en el km.10,9, cualquier atisbo de duda comenzó a despejarse: Con un parcial de 13:40, Contador ya le había metido 55 segundos al italiano y la batalla por la maglia estaba zanjada.
Al paso por el segundo control, en el km.19,7, Contador acreditó un parcial de 32:28. El margen sobre Ricco había crecido hasta 1:26 y perdía 20 segundos respecto a Ignatiev, el mejor en ese punto. Ricco llegó a la meta con un tiempo de 35:17, a 2:32 de Pinotti, y, a partir de ahí, Alberto Contador soltó las piernas para saborear el triunfo global, sabedor de que sólo un accidente podía costarle la victoria en el Giro. El madrileño paró el crono en 33:24, a 39 segundos del vencedor de etapa, Pinotti. Contador ya ha escrito otro capítulo de su historia personal, y una nueva línea en el palmarés del Giro.
