Miguel Pato y Ana Avellano (PD)-.Diego Carcedo, con el libro, “El niño que no iba a misa” (Ed. Temas de Hoy), nos muestra una España resumida en un pequeño pueblo del cantábrico. Allí sus habitantes luchan contra la miseria y el miedo y anhelan recuperar lo cotidiano de unas vidas agitadas por un profundo conflicto civil.
En los años 40, cuando la Guerra Civil era todavía una sombra muy alargada, el miedo era una parte muy importante de la psicología colectiva de aquella España.
“Miedo a que se volviera a repetir el drama de la Guerra Civil, miedo a la represión a la que eran sometidos los que menos comulgaban con el nuevo régimen, miedo que algunos curas trataban de imprimir a las personas para incitarlas a que se acercaran a las prácticas religiosas”.
En ese contexto, vivía un niño que no iba a misa que desde su mirada nos cuenta aquella realidad. Así, uno de los objetivos del autor es que los jóvenes de hoy (que tienen problemas diferentes) “se acuerden de los problemas que tenían sus mayores”.
En esta que es su primera novela, Diego Carcedo también recuerda míticas figuras de aquellos años como lo eran el estraperlo, los maquis…
“El maquis ha sido una de las víctimas más importantes del pacto de la Transición”
