Boris Izaguirre: «Latinoamérica pudo decidir y escogió un camino equivocadísimo»

Boris Izaguirre: "Latinoamérica pudo decidir y escogió un camino equivocadísimo"

Miguel Pato y Ana Avellano (PD)-. Arrebatarles la inocencia a unos niños es la amarga metáfora sobre la corrupción con la que arranca su nueva novela. La corrupción como algo que marca tu vida al perder el control sobre ello. Así establece la última novela de Boris Izaguirre un paralelismo con los países de Latinoamérica en los que en un momento se torció el camino “y nunca supimos enderezarlo de nuevo”

Una gran tormenta, el hospital donde se recupera, la amistad y el amor que no sabe reconocer a primera vista, la fuga y la revolución; marcan la vida de una persona que habita la cálida isla de Cuba.

La vida de Efraín son etapas marcadas con cicatrices que no son otra cosa que experiencia. Y después del camino recorrido, años después, levanta la vista y parece que fue ayer. “Y de repente fue ayer” (ed. Planeta) es, precisamente, el título de la nueva novela de Boris Izaguirre.

“Efraín huye de la condición de accidente que caracteriza tanto a Latinoamérica. Latinoamérica siempre se comporta como una equivocación.”

Uno de los episodios que marcan de forma, tal vez, más determinante a sus personajes es su paso por el Orfanato Limpio Chiquito.

Me resultó muy difícil escribir esa parte y ahora descubro que también se me hace difícil hablar sobre ello. Qué metáfora tan amarga puede haber sobre la corrupción que precisamente arrebatarle toda inocencia a unos niños.

Las cosas que te ocurren en tu vida te marcan más cuando no puedes tener ningún control sobre ellas. Eso también les pasa a nuestros países. Hay una “génesis mala” que no sabemos cuándo ni cómo les empezó y nunca hemos podido recuperar. Latinoamérica pudo decidir y escogió un camino equivocadísimo.

Su personaje Efraín también desarrolla una peculiar forma de entender el amor.

Efraín va a escribir historias de amor de mucho éxito cuando su vida sentimental es un auténtico caos. Esa confusión posibilita, a la vez, que sus personas tengan una fe ciega en el amor.

¿Usted fue muy conocido en España a través de la televisión? ¿Algún día se reencontrará con esa parte de su vida y dirá aquello de “Y de repente fue ayer”?

Lo diré dentro de muy poco me da la impresión. En breve me reúno con personas que son parte de mi “y de repente fue ayer” de la televisión. Estaré con Sardá, Carlos Latre y Mercedes Milá en un programa de televisión.

A mi experiencia televisiva aquí en España le agradezco que ha sido, no un ejercicio de libertad, pero sí un disfrute de la libertad. Porque me hizo conocido en un lugar del que no soy originario. No tenía pasado en este país por eso era más libre para moverme.

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