Martí Gironell: «He invocado el espíritu de una persona que era vista como salida del infierno»

Martí Gironell: "He invocado el espíritu de una persona que era vista como salida del infierno"

María F. Cruz (PD)-. Martí Gironell encontró en el año 1984 una extraña pintada en una pared que rezaba “Tiembla, Maulá, que Boquica volverá”. A raíz de ese supuesto acto de vandalismo nace “La venganza del bandolero”. Un historia que describe la crueldad de una época encarnada en un solo hombre que se debate entre la supervivencia y la honestidad.

Aquella pintada llevó a Girondell a investigar quién era ese Boquica y el por qué de la utilización de su nombre como amenaza. Lo que descubrió le convenció de que la historia de Boquica debía ser contada.

“He intentado invocar el espíritu de una persona que era vista como el malo de la película: un indeseable, alguien directamente salido del infierno”.

Boquica fue un hombre de origen humilde. Precisamente ahí reside el interés de esta novela. La manera en que una persona normal puede llegar a ser vista como un verdadero diablo. Y Ginonell busca las razones por las que esta persona, de la noche al día, decide convertirse “en un indeseable”.

“La Guerra del Francés (Guerra de Independencia) fue la contienda de la supervivencia en la que la gente no sabía ni con quién luchaba, ni contra quién”.

Fue una época de traiciones en España que queda reflejada en esta novela. El mismo Boquica es traicionado por muchas de las personas en las que confiaba. Incluso, por las autoridades del momento. Y, aunque muchas personas odiaban a este personaje, otros muchos lo veneraban.

“El bandolero, lo que deseaba a fin de cuentas era ser libre… lo que es inconcebible es que para lograr esto tuviese que matar o usar la violencia”.

Aunque Gironell hable así de las acciones de El Boquica, no se atreve a juzgarle. Prefiere que sea el lector quien decida si mereció su castigo. Y es que el autor opina que antes de juzgar o criticar a los demás debemos examinarnos a nosotros mismos.

“Para mí, Boquica está a medio camino entre Curro Jiménez y Robin Hood. Es un Curro Jiménez a la catalana porque tiene un apego especial con el pueblo y es un Robin Hood por la conexión que tiene con el bosque”

Sin embargo esta novela no es solamente una presentación de este personaje, sino que también nos habla de la época en que éste se desenvolvió y cuenta cómo se vivía, como se vestía y como eran las relaciones en el siglo XVIII.

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