Periodista Digital-. Lo define ya como un personaje mediático en el que su faceta de juez está quemada. En “Garzón: Juez o parte” (Ed. Esfera de los Libros), José Díaz Herrera, realiza una radiografía del magistrado que “ha asumido el papel de campeón de los Derechos Humanos”. De él dice que no es peligroso pero que a las personas que le rodean y que si le hace algo malo, seguro, que lo pagas. Dos ex presidentes del Gobierno lo han comprobado.
Para José Diaz Herrera, la vanidad es el principal rasgo de la personalidad del juez Garzón que más le ha traicionado.
Quiere estar y codearse con el poder, con jefes de Estado y presidentes. Sobre todo con los latinoamericanos, a los que trata de tú a tú.
Es una persona que va arrasando con todo lo que encuentra por delante.
Amigo de Felipe González y número dos en unas elecciones generales, luego le intenta meter en la cárcel. Con el Gobierno de Aznar se muestra más duro que nunca con ETA para ayudar al presidente. Pero cuando éste no apoya su candidatura al Nobel de la Paz, Garzón llega a decir que hay que sentar a Aznar en el Tribunal Penal Internacional.
José Diaz Herrera no cree que sea un hombre vengativo porque no tiene suficientes elementos de valor para juzgarle como tal. Pero no duda en afirmar que
Si le haces algo malo acabas pagándolo. Con González llegó a inventar pruebas para meterle en la cárcel.
El juez más mediático siempre ha procurado que se le presente como una víctima, alguien perseguido por poderes imaginarios de todo tipo.
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