«La entrevista que más me ha impresionado fue la de Ramona Maneiro»

(José Daze).- Después de diez años al frente de una programación realizada en directo, pocas cosas le quedan por aprender. Y muchas cosas que enseñar. Alumnos de Periodismo frente a una de las ‘grandes’ del mundo de la televisión. Ana Rosa Quintana, sincera, sensible, relajada, respondió a estos futuros periodistas, ofreciéndoles sus consejos, asimilados a base de constancia. Quince personas que, sin arrugarse, se lanzaron al ruedo y quisieron conocer de cerca su visión acerca de esta profesión, a la que se dedicarán en un futuro próximo.

Didácticas e interesantes, quizás, fueron las respuestas de la presentadora de Telecinco. María fue quien rompió hielo, espetándole que «¿dónde se hace el Periodismo más puro?». Haciendo una defensa del mundo de la televisión, AR, señaló:

«Siempre se dijo que en las Agencias. Ahora, en televisión se está haciendo el periodismo de alcance, como antes sucedía con la radio, aprovechándose del concepto de inmediatez. Creo que la televisión está haciendo una información muy rápida».

En estos últimos -y convulsos- años, la prensa ha perdido credibilidad, probablemente por el empeño de ‘algunos’ periodistas de atrincherarse en su refugio mediático, auspiciados por el apoyo de su empresa. «El periodismo, actualmente, está muy politizado. ¿Alguna ves te has tenido que posicionar a un lado o a otro para obtener trabajo?, escudriñó Marta a la presentadora, quien quiso dejar claro que ha «tenido mucha suerte porque en los medios en los que he trabajado era TVE, coincidí en el momento de su gran apertura. Estaba (Adolfo) Suárez como presidente, que dio una gran libertad en el ente público, en un momento en el que estaban pasando cosas muy importantes. También haciendo información en Antena 3 radio, que creo que ha sido también un ejemplo de libertad».

Por su parte, Héctor no quiso irse sin saber si «es tanto el poder de los medios de comunicación en cuanto a la manipulación». Difícil pregunta, sí, pues como cuarto poder, a la prensa siempre la han tratado de llevar en volandas para aprovecharse de ella:

«No creo porque al final hay medios que dicen una cosa y, otros, quen dicen todo lo contrario. Lo cierto es que esa es la grandeza de la libertad de expresión. Uno puede elegir la fuente. Claro que tiene fuerza pero son muchas las fuentes. Cada uno le da un enfoque distinto, y es positivo porque sería terrible si al final nos quedáramos con un solo mensaje; entonces, sí que sería alienante. En el caso de la sociedad española hay que reconocer que hay una gran variedad».

Cuando todavía uno es joven -como Adana-, las metas y los retos se van acumulando. En esta profesión, la del oficio de periodista, son muchos los que se preocupan por ese difícil acceso de la nueva hornada de licenciados al mundo laboral, que encuentran un difícil camino para ejercer esta profesión. Resulta curioso que en la pantalla de la televisión aparezcan, en muchas ocasiones, las mismas caras presentando los programas:

«Al final, cuando pones en marcha un programa las cadenas de juegan millones y, por esta razón, intentan asegurar el éxito lo máximo posible. Pero también aparece gente joven. Mira en laSexta. El problema es que esto no se improvisa. Buscar un profesional que sepa hacer un programa en directo y que lo saque adelante con solvencia se necesita de gente que esté formada, y eso no es fácil».

Y es la televisión la catapulta perfecta para la fama. Al menos eso parece. Pero, realmente, ¿la popularidad acabará por frenar el oficio de periodista?

«No confundamos periodistas con personajes populares. Hay buenos profesionales, fundamentalmente por televisión, que hemos llegado a ser conocidos. Pero no nos podemos olvidar que nosotros no somos los personajes. Periodista y popular normalmente no va unido.»

Después de todos estos años situada en la cresta de ola, Ana Rosa ha estado presente en multitud de entrevistas, tanto a personajes del mundo de la política como a anónimos ciudadanos que por su boca se vertieron los más insospechados datos. En esta tesitura, Gracia quiso conocer «cuál fue su peor y mejor entrevista»:

«La persona que más me ha impresionado…Ramona Maneiro, que me rompió todos los esquemas. No pensé que iba a contar todo lo que contó en directo. Se grabó antes con una cámara porque ibamos a hacerlo en formato reportaje. En principio, no iba a ser una gran apuesta. Le preguntamos si quería decir todo aquello en directo y aceptó. Recuerdo que María Teresa Campos tenía aquel dia a Rocío Jurado, la primera entrevista en su casa. Todos pensábamos que ‘la entrevista’ la tenía ella. Nunca pensé que (Ramona) lo iba a contar con aquella tranquilidad.»

El cara a cara con aquella señora, que reconoció que fue ella quien puso al alcance del paralítico Ramón Sampedro el vaso con cianuro el 12 de enero de 1998, resultó sobrecogedor. Pero, ¿le queda algún sueño por cumplir?

«Nunca he tenido sueños. Jamás soñé estar aquí. Yo lo único que quería era acabar mis estudios de Periodismo y trabajar como periodista. Siempre me vi de redactora en una radio haciendo información de calle. Las cosas han venido por sí solas. Nunca he tenido metas. La profesión me ha dado mucho más de lo que soñé nunca».

Al otro lado, al margen, la prensa británica, que tiene un concepto de los periodistas españoles muy particular; son demasiado complacientes con los políticos y no preguntan demasiado, dando la impresión que no queremos ir más allá de lo que nos cuentan en las ruedas de prensa. Noemí inquirió en este asunto:

«Creo que tienen mucha razón, aunque considero que el tratamiento de los británicos hacia la Casa Real es excesivo. También es cierto que no es comparable con los reyes españoles. Todavía no tengo yo muy claro cual es el futuro de la Monarquía. Se le cuida como si estuviera entre algodones, que no podemos tocarlo demasiado. Es muy hermética y los periodistas somos muy complacientes. Aquí tenemos otro tipo de periodismo. Pero aquí tenemos un periodismo de opinión que no existe tanto en otros países.»

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