Imaginemos unos túneles por los que circulan aisladas varias tuberías de agua potable y una de aguas fecales, y que un día se contamina por corrosión uno de los conductos de la potable.
Esta sería la “policía patriótica” infectada a la que acusa Pablo Manuel Iglesias de haberlo espiado por orden del exministro de Interior del PP Jorge Fernández Díaz para divulgar noticias de sus ingresos provenientes de Venezuela e Irán.
Esa acusación choca con el hecho de que aparentemente es la misma policía que grabó conversaciones del ministro en su despacho para divulgarlas en el periódico digital Público, afín a Podemos.
La mayoría de las aguas potables siguen limpias y las contaminadas se aíslan en algún momento, como ocurre con el excomisario José Manuel Villarejo en prisión provisional sin fianza desde el 17 de noviembre de 2017…
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