Yasmine Mohammed, canadiense de origen árabe y famosa activista de los derechos de las musulmanas, dice que el momento más descorazonador que vivió recientemente fue cuando vio con hiyab por los parques de Cristchurch a la primera ministra neozelandesa, la laborista cristiana Jacinda Ardern, en homenajes a los 50 musulmanes asesinados en marzo por el lobo solitario Brenton Tarran.
El hiyab: la abogada iraní Nasrin Sotoudeh, llegó a ser condenada a 148 latigazos y 38 años de cárcel por tratar de defender a las mujeres que rechazan esa prenda.
Aunque, asustados por la reacción internacional, los ayatolás la liberaron. Lo que demostró que temen las represalias comerciales y que ya no pueden controlar del todo a las mujeres que comienzan a quitarse ese “humillante cinturón de castidad”.
Masih Alimejad, activista y periodista iraní exiliada, como muchas otras musulmanas, se disgustaron e indignaron también cuando vieron ese símbolo…
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