Los códigos éticos de los medios informativos ordenan que se oculte el origen de los delincuentes sexuales si son extranjeros para evitar que se culpe también a gran parte de los inmigrantes, todavía minoritarios en España.
El afán protector adoptado hace décadas y agudizado en los últimos años crea una paradoja: se informa de la nacionalidad de un presunto violador o asesino sólo si es español.
En consecuencia, únicamente hay delincuentes sexuales españoles aunque, en lo que llevamos de año, y aunque ha habido españoles que han matado mujeres, dos de cada tres casos de muertes y demás delitos sexuales han sido cometidos por extranjeros, cuando son menos de la cuarta parte de la población.
Sólo las redes sociales, que son incontrolables y no ocultan el origen de los malhechores, comienzan a nombrarse las nacionalidades…
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