Con cesiones constantes a los independentismos y nacionalismos catalán y vasco, el Estado pierde aceleradamente sus competencias en esos territorios, alejándolos de lo que sería una comunidad de ciudadanos españoles con iguales derechos y deberes.
Cierto que al crearse en 1978 una Constitución, y con objeto de integrar a los nacionalismos, se le concedieron a esas Comunidades y a la gallega algunas competencias “históricas”.
Pero poco a poco han ido aumentándose en Cataluña y País Vasco, de mayoría parlamentaria nacionalista, lo que ha ido reduciendo el peso del Estado en sus territorios.
Cataluña, regida por independentistas, antes autonomistas, controla ahora elementos esenciales…
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