Televisiones y periódicos de todo el mundo siguen sorprendidos y conmovidos el rescate de Julen, el niño de dos años caído por un estrechisimo agujero de unos cien metros de profundidad que habían taladrado ilegalmente para encontrar un agua en una montaña de Málaga.
Los informativos de países europeos, iberoamericanos, de EE.UU., Canadá, China o Japón, australianos…, observan la lucha de profesionales y voluntarios españoles para sacar al niño que once días después de su caída nadie sabe cómo ni dónde está exactamente.
Los rescatadores emplean especialistas llegados de distintas partes del país con impresionantes equipos que horadan las profundidades en las que aparecen rocas difíciles de horadar; luego, unos mineros bajarán por las estrechas calas para cavar un túnel horizontal que llegue al pequeño.
Se trata de salvar o rescatar a un solo niño…
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