Los taxistas de Barcelona acaban de iniciar una huelga poniéndose chalecos amarillos como los indignados franceses contra el gobierno reformista de Emmanuel Macron.
Mientras que en Francia el movimiento de los “gilets jaunes” se inició en otoño como protesta por el incremento de impuestos a los combustibles, el de los taxistas, que amenaza con extenderse por toda España, se dirige contra la competencia que se contrata por internet de las multinacionales Cabify, española, y Huber, estadounidense.
El movimiento francés absorbió enseguida demandas generalistas –coste de la vida, economía, vivienda, servicios públicos o legislación laboral–, y fue haciéndose violento bajo dirección de ultras de derechas e izquierdas, con apoyo secreto ruso y público del gobierno italiano.
Los separatistas catalanes, que adoptaron el amarillo como símbolo a favor de los golpistas…
Siga leyendo aquí y vea a Salas
…….