Gabriel Rufián, diputado en el Parlamento español de la independentista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) es un personaje dedicado únicamente a insultar a los constitucionalistas mientras le jura amistad eterna al antiguo terrorista Arnaldo Otegui.
Hijo y nieto de andaluces y abanderado de independentistas castellanohablantes, llegó a la Cámara en 2015, con 33 años, prometiendo cada seis meses que dejaría Madrid para volver a la Cataluña independiente.
Pero sigue mientras agranda físicamente, lo que demuestra que comida, bebida y vida capitalinas le conceden una próspera amistad.
Sus aportaciones legislativas no existen, pero sus frases contra los constitucionalistas, el Rey y los jueces llamándoles carceleros de los golpistas catalanes –“presos políticos”– enriquecen también a las televisiones centradas en los escándalos, reales o exagerados…
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