Para entender a los políticos debemos ponernos en su situación, tanto mentalmente como en su cuerpo, con lo que seremos más comprensivos y menos crueles y críticos con ellos.
Este cronista ha tratado de hacer la transmigración y sentirse más alto, más guapo y más joven, como Pedro Sánchez, por lo que una vez dentro, y desde los dos metros de altura, ha logrado ver a España y a los españoles como son, pequeñitos, diría que insignificantes.
Reflexiono: salí de la nada, morí y resucité como político, y tras esa lucha titánica por la supervivencia estos pequeñines no tienen nada que demandarme, y menos porque gaste 282,92 euros en mis viajes de placer.
Yo soy el presidente, soy el presidente, y aunque prometí transparencia y austeridad personales, tengo derecho a tomar los reactores oficiales que me dé la gana para ir de conciertos…
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