Parece raro comparar a Carmen Calvo, ahora vicepresidenta del Gobierno, con Bill Clinton, presidente de EE.UU. entre 1993 y 2001, pero ambos presentan paralelismos en sus ideas políticas y en su conducta desde el poder.
Calvo, de 61 años, dirigente del PSOE desde hace 18, apoya sus ideas con frases que suelen romper lo razonable, como la de considerar que puede hacer lo que quiere con el dinero público porque “no es de nadie”.
Sus últimas aportaciones al derecho constitucional, del que es profesora, pretenden feminizar la Constitución tratando de introducir indirectamente la segregación de sexos o género a favor de la mujer, en contra del artículo 14 que consagra la igualdad…
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